Chapitre 1
El primero capítulo destos sobre dichos, quál es la
manera que devemos tener en esta arte del governamiento de los
prínçipes, es éste que se sigue*.
Capítulo primero cómo el
que este libro quisiere oýr e aprender deve ser graçioso e
benigno para oýr e sótyl para aprender e aperçebido para
Retener e obrar.*
Conbiene que la
largueza* de los sermones e de las palabras en cada cosa sea* segund que demanda aquella cosa, e non más nin menos, así commo dize el filósofo en el sétimo* libro de la Metafísica. Et por ende sy del governamiento de los prínçipes o de los
Reyes entendemos dar arte e çiençia, conviene que non sean más los
sermones que demanda esta obra que nós fazemos*.
Primero veamos la manera que devemos guardar en esta arte;* e segund esto devedes* saber que en toda la moral filosofía la manera de fablar*, segund el filósofo, es figural e gruesa, ca conviene en las tales cosas usar de figuras e de
exenplos, ca los fechos morales e de costunbres non caen conplidamente
so Recontamiento.
Onde por tres cosas devemos pensar e mostrar* que la manera que devemos tener en esta arte e en esta
çiençia conviene que sea figural e gruesa. La primera Razón se toma de parte de la materia de que es esta* arte e esta* çiençia. La segunda de parte de la fyn que
entendemos en esta arte. La terçera de parte del oydor que deve ser enseñado por esta
arte.
La primera Razón es tal commo la dotryna del governamiento de
los omnes, los quales negoçios, segund que demuestra el
filósofo en el iiº libro
de las éticas, non pueden aver çertidunbre
de Razón por la mudaçión que es en ella.
Síguese* así cómmo los fechos* e las obras singulares e personales -que son materia desta
obra- de la moral filosofía son mudables e se mudan de cada día. Así demuestra que devemos en ellas de tener*
maneras* de figuras e de exenplos, e esta Razón tañe el filósofo
en el segundo* libro de las Éticas, quando* dize que conplidamente se dize de la moral filosofía si fuere
fecha manifestaçión e declaraçión della segund la materia que ella
es. Onde dize el filósofo más adelante que de omne sabio es en
tanto demandar çertidunbre de cada cosa, en quanto la naturaleza
desa mesma cosa lo demanda. Ca semeja la naturaleza de la çiençia moral del todo ser
contraria a la çiençia mathemática, ca las demostraçiones mathemáticas son çiertas en el primero
grado de çertedunbre,así como dize *
en el primer* libro de la metafísica; mas las razones morales e las otras* de los omnes son superfyçiales e gruesas. Donde se sigue que el geométrico non ha de amonestar, mas de
demostrar, e el retórico e moral non ha de mostrar, mas de
amonestar*. Por la qual Razón, dize el filósofo en el primero libro de
las Éticas que semejante egual* pecado es quel* mathemático tiene de amonestar e el Retórico quisiera*
demostrar*.
La segunda razón se toma de parte de la fin que es entendida en esta arte, que así commo dize el filósofo en el segundo* libro que las Éticas, las obras morales e de costunbres Reçebimos non por graçia de contenplaçión e de saber*, mas que* obremos bien e seamos buenos. Et por ende la fin que se entiende en esta çiençia non es
conoçimiento mas obra*, nin es por* graçia de buscar verdat de las cosas, mas por saber la bondat
dellas. Et pues que así es commo las razones sotiles más alunbren al entendimiento, e las que son
superfiçiales* e gruesas más* muevan e entiendan la boluntad.
Sígese* que en las çiençias especulativas, en las quales se ha de
alunbrar prinçipalmente* el entendimiento, abemos de yr por demostraçiones e
sótilmente; mas en las morales, en las quales devemos demostrar derechura de bondat* por que seamos buenos, devemos yr por amonestamientos e por
figuras.Onde dize el filósofo en el primero libro de las Éticas que la
moral çiençia deve ser amada e deseada así por ella e por lo que
fabla en ella que conteçe muchas bezes, e non sienpre abremos de mostrar la
verdat* dellas gruesamente e por figuras.
La terçera Razón se toma de parte del oydor que deve ser
enseñado en esta arte, ca maguer quel título deste libro sea*
enseñamiento* de los prínçipes, enpero todo el pueblo se ha de enseñar por este libro. Ca como quier que cada uno non pueda* ser Rey nin prínçipe, enpero cada uno deve estudiar quánto
pudiere que sea digno para governar e prinçipar, la qual cosa non puede ser si non sopiere e non guardare
todas aquellas cosas que se han de dezir en este libro.
Et pues que así es todo el pueblo deve ser oydor en alguna
manera deste libro e desta çiençia, más por que pocos son los que an agudo entendimiento así
commo dize el filósofo en el terçero* libro de la theórica*, que quanto mayor es el
pueblo tanto mayor es el que más alonga* ha el entendimiento.
Onde se sige* quel filósofo de la moral filosofía deve ser sienpre figural
e gruesocommo dize e demuestra* el filósofo en el primero libro de la Retórica, e pues que así es commo todo el pueblo non pueda entender las
cosas sótiles, devemos yr en este libro por enxenplos e
gruesamente
Ca segund dize el filósofo en las Políticas, que aquellas cosas que conviene* al señor de saber mandar*, esas mesmas conviene al súbdito de saber fazer.
Et si por este libro* son enseñados los prínçipes cómmo deven bevir* e en quál manera deven mandar a los
sus súbditos, conviene esta çiençia e esta dotrina aprenderla todo* el pueblo, por que sepa cómmo ha de obedeçer a sus
prínçipes. e por qué esto no puede ser así, commo dicho es, si non por
razones superfiçiales e sensibles, conviene que la manera que
devemos tener en esta obra sea gruesa e figural e enxenplar.
Glose au chapitre 1
*
*
*
*
Primeramente* conviene de saber que este libro muestra* a todos los Reyes e a todos los omnes de ser* buenos e birtuosos. Ca es copilado e tomado*
de la moral filosofía *e de los dichos de e de los otros filósofos morales que
mostraron* a los omnes bien bevir e ser buenos.*
E por ende, qualquier omne que este libro quisiere leer* e aprender
aprenda* en él seer bueno e virtuoso; la qual sabiduría cunple más*
a todos los omnes que todas las otras
cosas*, e mucho más esto* conviene a los Reyes que a los otros,
por quanto* ellos son más altos e han* mayor dignidat que todos los otros.
Onde deven ellos demandar a Dios lo que demandó
el Rey David e el Rey Salamón su fijo,
ca* el Rey David, alunbrado por el spíritu santo, beyendo que
ninguna cosa non cunplía más a su estado que bondat et sabiduría*,
dixo a Dios en el Salmo*:
«Ah Señor*, dame e enséñame bondat e sabiduría e çiençia, por que* pueda cunplir la tu ley e fazer justiçia en todas mis
obras, ca tú solo eres el bueno.
E en la tu bondat enséñame* cómmo faga sienpre justiçia e cunpla* la tu boluntad» ; e esto mesmo
demandó el Rey Salamón en
comienço del su Reynado, segund que cuenta en el terçero libro de los Reyes, iiiº* capítulo, do dixo quando se bio* puesto en la silla e en el Reynado* de su padre:
«O Señor*, dame coraçón sabio por que pueda bien judgar al tu pueblo*, ca ¿quál* omne podría* bien judgar este tu pueblo tan grande, si tú non le
dieses sabiduría con que lo pudiese fazer*?» . Et dize allí luego por quanto él demandó* lo que plazía* mucho a Dios e non demandó Riquezas nin poderes* nin las almas de sus enemigos, dióle Dios lo que
demandó et aún diole Riquezas mayores que a otros que fuese antes* dél nin después dél, et poderío tan grande commo non dió
a otro ningund Rey en toda la Ley Bieja.
Et por ende a enxienplo destos Reyes*
deven andar los otros e*
tener mientes aprender* por do sean buenos e sabios*, e oyr con grand acuçia este libro que les muestras* aber sabiduría, e bevir bien, e aver buen acabamiento.
Onde quanto pertenesçe a estos tres capítulos primeros, que
son preámbulos, e prólogos para veer* la entençión de todo el libro, conviene de notar que este dotor* falaga mucho a los Reyes en ellos, por que oyan* esta çiençia e gela aprendan, et segund que son menester tres cosas* a todo deçípulo para ser acabado* commo su maestro, así enduze a los Reyes prinçipalmente e de sý a todos los otros omnes a amor e deseo*
desta çiençia deste libro*.
Ca* el deçípulo deve seer bueno e amoroso para oyr e aprender*, e deve seer sótil e engeñoso para demandar et entender*.
Lo terçero*, deve ser acuçioso e aperçebido* para Retener e para se acordar de lo
que oyó e apresó*; e en el primer*
capítulo*
demuestra* quál es la orden e la manera que ha de tener en este libro*, e enseña al Rey a ser bueno* e graçioso oydor desta çiençia*, por que ella es* muy ligera de aprender, e esto muestra por tres Razones.
La primera es por que todo* este libro va por exenplos e por figuras, ca es de los fechos* de los omnes en los quales más aprovechan los exenplos que
las palabras, segund que dize .La segunda* es que todo este libro se ordena a fazer los omnes buenos
segund que dize el filósofo en el segundo libro de las Éthicas*, que* toda la moral filosofía es ordenada
por que seamos buenos e non faze* fuerça que por ella* seamos clérigos* grandes, mas que sepamos bien obrar* e seamos bien acostunbrados e
birtuosos.La terçera* es que maguer este libro se faga para los Reyes, enpero todos
los omnes pueden ser enseñados por él, e por ende todos lo deven
aprender e saber, e çierto es que el pueblo non puede ser tan sótil que* pueda aprender Razones sótiles, e por ende conviene que se den en él Razones gruesas e palpables* e exenplos muchos de los Reyes e de los omnes*, por que los puedan todos aprender.
E aquí conviene de notar que estos exenplos* non están* en él todos quantos se aquí podrían traer*; et por ende es añadida* esta copilaçión en que están muchos castigos e exenplos e testigos
buenos*, donde todos se* pueden enformar muy bien, e sy son ý puestos algunos exenplos de malos Reyes e de malos
omnes, esto es por que los buenos se sepan guardar* de los sus males fechos; et pues así es* este libro, enseña a grandes e a pequeños e a mayores e a
menores e a viejos e a mançebos e a casados e a casadas*, a cada uno segund sus condiçiones*, por que puedan bien bevir* e seer buenos.E por ende todos lo deven leer* e aprender con muy grand acuçia.
Mas aquí conviene de notar* lo que dize el filósofo en el primero de las Éticas, que ningund omne* non puede ser bueno oydor nin buen aprendedor deste libro
nin desta çiençia* de costunbres si quisiere* seguir sus pasiones, e sus deseos, e su boluntad*, ca estos atales* non pueden aprender buenas costunbres nin buenas maneras do
ellos sienpre quieren* yr en pos sus cobdiçias malas e en pos sus voluntades
bestiales.Et desto pone exenplo en el Rey Sardanapalo, que nunca
pudo aprender buenas costunbres, por que sienpre sigió* sus pasiones e sus deseos,
e adelante* diremos deste e de su estoria* , e de otros tales, por que sepan* guardar los buenos Reyes e los buenos omnes de non caer* en tales fechos*, como ellos cayeron por sus
pasiones. Ca commo esta çiençia deste libro sea todo exenplar, conviene
de traer los exenplos en ella, por que los omnes puedan* aprovechar en sus obras e ganar buenas costunbres.Onde todo Rey* deve tener mientes a lo que dixo el sabio*, en el Libro de la Sabiduría, viiiº capítulo, do dize
así:
esta çiençia de costunbres* amé, e busquéla mi moçedat*, e fui* fecho muy grande amador della*, por que la su nobleza faze* al omne ser muy alto e muy grande, ca ha vezindat e amistança
con Dios; e los que la aprenden son muy amigos de Dios. E dize más adelante: yo que la amo seré fallado mucho agudo,
e todos los prínçipes se maravillarán de mi, e me farán onrra, e
querrán oyr las mis palabras, ca seré* muy maravilloso en ellas,
e por todas* estas cosas es mucho de amar e de aprender esta çiençia deste
libro.
Chapitre 2
Capítulo iiº quál es el ordenamiento
de lo que se enduze en el libro e en cada
parte qué ha de dezir*.
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Capítolo segundo en que
demuestra quál es la ordenaçión de lo que aquí se ha de
dezir*.
Conviene de saber quel ordenamiento* de las cosas que son en este libro es muy bueno*, e* por esta Razón enduze este maestro* a todos los Reyes a ser sótiles e engeñosos para aprender
todo lo que en él se dize*. Ca non ha cosa que así faga al oydor engeñoso como quando la dotrina o la
liçión quel da su maestro es bien ordenada e* puesta en buena orden; e*
tal es toda la dotrina* que está escripta en este libro, ca es ordenada muy segund* razón e *
muy segund* natura.
De lo primero se toma*
el conplimiento* e la bondat deste libro, ca con razón primero deve omne* governar a sí mesmo que a los otros;
ca segund dize*
en el viiiº* de las Éticas, el amistança que cada uno ha* a los otros naçe de la que naçe a sí mesmo*,
e*
bien así*
la sabiduría de governar* los otros naçe de la sabiduría de
governar a sí mesmo.E*
por el* ordenamiento deste libro, es muy con* Razón que cada uno aprenda primero* de Reglar* a sí mesmo, e después aprenderá*
de Reglar e governar* a los otros.
De lo* segundo, se toma que es muy natural, ca orden natural es que de cosa menguada vaya omne a cosa
conplida, así commo de çiençia menguada a çiençia conplida, e de
obra mengua a obra conplida. E çierto es que mayor sabiduría es menester para governar
conpañas o çibdades que para governar a sí mesmo; et por ende el Rey primero* deve aprender de cómmo ha de governar a sí mesmo, e después aprender* cómmo ha de governar a*
su casa e su conpaña*.
Lo* terçero, aprender* de cómmo ha de governar sus çibdades e su Reyno*,
e* éste es el ordenamiento natural que se pone e se muestra en este
libro* que contiene en sí tres libros
prinçipales.
En* el primero, muestra al Rey e a todo omne* governar a sí mesmo,
en* el segundo le muestra governar a su* casa e*
a su* compaña,
en* el terçero, le muestra governar** las çibdades e* el Reyno.
Onde todo omne que
quisiere leer e aprender este libro sea* sabidor en governar a sí mesmo, ca desto es todo el primero libro que ha quatro partes, segund que en quatro maneras se departen
las obras de los omnes.
Ca o se departen* por razón de las entençiones o* de los fines en que los omnes ponen su esperança, ca segund se entiende* en departidos fines ay* departidas obras, o se departen por Razón de las virtudes
e* de los ábitos que ganan, ca segund que han departidas birtudes, así fazen sus obras
departidamente; o se departen por Razón de las pasiones, ca segund* que han los omnes departidas pasiones, así obran
departidamente; o se* departen las obras* por Razón de las costumbres, ca segund que los omnes han departidas e desvariadas costunbres*, así fazen departidas e desvariadas
obras*.
E* en la primera parte pone aprender*
al Rey o a qualquier oydor en quál cosa ha de
poner su esperança et su entençión*,
en la segunda pone aprender* quáles virtudes deve aber,
en* la terçera aprender* quáles pasiones deve* escusar o quáles deve segir*,
e* en la quarta parte aprender* quáles costunbres deve* amar e* tomar e* segir.
Otrosí aprender*
e*
seer* sabidor para governar su casa e su conpaña, e* esto sabrá por el* segundo libro*, que ha tres partes,
e* en la primera *
aprenderá*
cómmo* ha de governar a su muger,
e*
en la segunda* cómmo ha de governar a sus fijos,
e*
en la terçera cómmo* ha de governar a sus siervos et* a sus compañas.
Otrosí aprenderá* e será sabidor en governar çibdades e Reyno, si es tal que lo
deva governar.
E* esto sabrá por el terçero libro que ha* otras tres partes. Por*
la primera*
sabrá las*
poliçías* e los governamientos que son menester para governar çibdades e Reynos*, e sabrá* quál es la mejor poliçia e el mejor governamiento e ordenamiento de* çibdat. Ca muchos dieron sabiduría para ordenar çibdades, mas el que* la mejor ordenó fue ; e en la segunda parte, deve aprender* cómmo se deven governar las çibdades e el Reyno en tienpo de
paz. E en la terçera*
deve aprender*
e sabrá* cómmo se deven governar las çibdades e el Reyno en tienpo de
guerra, e sabrá otras cosas muchas que pertenesçen a estas, las
quales deve saber todo Rey o* todo prínçipe, ca si las non sopiese, non sabría*
quál es el su ofiçio nin*sabría* governar su Reyno*, e faría sus cosas a bentura*, la qual cosa sería muy peligrosa,
segund que dize
en el quinto libro* de las Políticas, ca tal Reyno* así governado syn sabiduría non podría* mucho durar, por la qual cosa conviene mucho a todo Rey e a
todo prínçipe de saber este libro, por que pueda mucho durar en su Reynado* e después de sus días por el buen* governamiento ganar el Reyno del
çielo, do sienpre ha de bevir, e non solamente el Rey, mas todo el*
omne* del mundo deve amar mucho este libro, e leerlo* muchas bezes, o fazerlo leer ante sí, ca por él sabrá toda la filosofía* moral quánto le cunple de saber della*.
Chapitre 3
Capítulo terçero, quánto es el provecho e la sentençia
deste libro.*
Glose au chapitre 3
El terçero capítulo
demuestra quánto es el provecho deste libro.*
Conviene de notar que por algund provecho* que se sige deste libro, enduze este maestro al Rey e a todo
omne seer* muy estudioso e muy acuçioso en Retener en su memoria todas
las cosas que aquí dirán*.
Et aquí conviene*
de saber* quel provecho general de la filosofía moral e deste libro,
segund que dize
en el quinto libro de la Çibdat de Dios,es a saber seer omne bueno e aprender* bien bevir entre los omnes buenos*, e bien* governar a sí mesmo e a los otros, si es tal* que aya de governar a otros. E pone el maestro quatro bienes otros que puede* alcançar todo Rey o todo* omne que supiere e guardare las cosas que en este libro oyere
e aprendiere.
El primero* bien es que alcançará birtudes e buenas costunbres que son
muy grandes bienes, ca las riquezas e las onrras e los otros bienes del cuerpo
son muy pequeños bienes.
El* segundo bien o provecho*, que gana* a sí mesmo, ca todo este libro es para fazer al omen bueno, et
el bueno a Dios et a sí mesmo, ca* el malo nin a Dios ni a sí mismo faze bien*, por que es departido* en sí e los poderíos menores del alma non obedesçen a los
mayores, nin el apetito del seso a la
Razón, e por este desacuerdo non ha a sí mesmo*.
El* terçero bien e provecho es que ganará e abrá* a los otros, ca quando alguno bien govierna* a sí mesmo e es sabio e virtuoso, digno es* de seer prínçipe e señor de los otros, más que aquél que estas cosas non ha.
El* quarto bien es que guardando lo que aquí aprenderá, abrá a
Dios por sý, e finalmente avrá gloria perdurable.
E desto ay muy buen* exenplo en el libro de
los dichos sagrados del filósofo Arristipo*, que Respondió a un Rey que le preguntó que por qué estava tan* afincado en el estudio de la filosofía moral, e él Respondió* que por que alcançase* los bienes sobre dichos, e por que supiese fablar
provechosamente e con Razón e syn ningund miedo con los otros
omnes, e por que supiese bien bevir entre ellos,
ca este es el fruto* de la filosofía moral, fablar* con los omnes aconpañadamente* e syn falta, segund las sus dignidades e los sus grados*, e segund*
las sus hedades e las sus calidades de los sus
estados*, e segund las sus condiçiones de los sus ofiçios, enformando
a cada uno dellos en su manera a ser
buenos e birtuosos e a bien bevir. E segunt estas maneras, e
los Santos dotores* enseñaron a todo el mundo, enformando
los señores e los siervos*, e pedricando a los padres, e a los fijos, e a los maridos, e
a las mugeres, e a los moços, e a los viejos, e a los Ricos, e a los pobres*, queriéndolos todos traer*
a bien* bevir, e a la vida* perdurable, así commo paresçe por las Epístolas e por los Evangelios, e por los dichos de los otros
Santos*.
Et deso mismo* ay otro buen exenplo en el segundo libro del Polícrato*, iiiiº capítulo, del filósofo Pitágoras*, que quando oyó que la* çibdat de Creconia* era muy disoluta por malas costunbres que avían los
omnes, vino a la dicha
çibdat* e començóles*
a amonestar* a los omnes a su parte* e a las mugeres a la suya, e a los mançebos e a los
viejos, a cada uno segund su manera, enformándolos en virtudes e
en buenas costunbres e en buenas maneras de bevir, e perseveró
en esto fasta que los traxo a ser buenos e de buenas
costunbres.
Et deste filósofo*
eran* escriptos los biesos* que estavan puestos en el Epitafio* de Cureçión*, los quales dezían así: escreví e demostré* las costunbres de los omnes, tan bien de los biejos como de los
mançebos*, e en quál* manera los siervos engañan a los
señores, e los privados lisonjan a los prínçipes,
e en quál*
* manera las malas mugeres a los garçones, manzillan las buenas
costunbres, e cómmo con engaños los avarientos lievan e ganan los
algos. Estos biesos, qualquier que los leyere* será seguro de non ser engañado.
Et esto mismo fizo
Diógenes, segund que dize en el viiiº* libro del Polícrato, xiii capítulo*.
Et eso mesmo dize Séneca,
en la XXX Epístola*, e Jerónimo contra Iovenianon* fablando de Diogenes, dize que morava en los portales de las çibdades e poníase
sobre las puertas*, enseñando e pedricando buenas costunbres*, e denostando las malas que ensuziavan* los omnes; e contava*
todas costunbres* de los omnes que pasavan*, por que * cómmo los avía de* enformar, e ésta era toda su bida.
Et esto dize en la Epístola çentesyma*, que aquél que viene al filósofo* cada día conviene que toda ora lleve* algunt bien consigo, en manera que torne a casa más sano o más* aparejado para ser sano.
Et pone buenos exenplos destos,
ca el que anda* al sol conviene que vaya colorado e escalentado*, e el que entra o mora en la
espeçiería* conviene que lleve consigo* buen olor,
así que el que* viene al filóso o al sabio conviene que vaya del
alunbrado como del sol e que vaya del
farto de olor de buenas costunbres*.
Onde Sant
Gregorio* sobre los Evangelios, en la Omelía xvii así nos informa e nos muestra enformar a todos los omnes,
diziendo*: «quando bieres* el luxuriosos amonéstale* que Refrene su maldat* con el casamiento; quando bieres* el casado, amonéstale* que así aya cuydado del mundo, que non posponga a Dios;
quando bieres* el clérigo, amonéstale* que así biva, que dé a los seglares* exenplos de buena vida; e
quando bieres* al monje, amonéstale* que así muestre la Reverençia del su ábito*, que sienpre parezca sabio en la palabra e en la
obra*, e lo sea en el pensamiento e desanparando* las cosas que son en el mundo, así que lo que muestra* a los ojos de los omnes en el ábito, que lo muestre ante los ojos de Dios en las
costunbres, e si éste es Santo*, amonéstale* que cresca en santidat, e si éste es malo*, amonéstalo que se castige, así que todo omne que viniere
al sabio vaya dél enseñado cómmo pueda bien bevir» . Et
esto mesmo dize
Ad
Colosçenses*, iiiiº capítulo*: «sea la vuestra palabra sienpre cándida con sal de
sabiduría, por que sepades cómmo bos convenga* de Responder a cada uno, ca éste es el fruto de la
verdadera filosofía» : todo esto pone en la Omelía sobredicha*.
Chapitre 4
Capítulo iiii de las maneras de bevir; en cómmo ha
de ser en ellas la buena andança.*
Glose au chapitre 4
En el quarto capítulo,
que es de las maneras de bevir e en cómmo ha de ser en ellas
la bien andança,*
conviene de notar que sobre las tres vidas
o maneras de bevir que fallaron los filósofos*
que son* bida delectosa, e vida política, e vida contenplatyva,
comunalmente pusieron en ellas dos maneras de
bevir, buena andançia que es el bien que en los omnes
esperan, et por que deven en esta vida trabajar*, ca en la vida deleytosa e de plazenterías del cuerpo ningund
filósofo non puso la bien* andança. Commo quier que algunos omnes bestiales erraron en
esto, poniendo* su bien andança* en las deleytaçiones de los sesos, que son comunes a nos e a
las bestias. E a estos* llama puercos en el primero
de las Éticas*, por que quieren* aver su bien andança común con los puercos*, e non la quieren aver mayor que ellos.
Et conparando*
el dicho filósofo en el lugar
sobre dicho* la opinión de aquellos que pusieron la su bien andança* en las onrras e aquellos*
que la pusieron* en las Riquezas e en las deleytaçiones corporales, dize que áquellos en mejor cosa pusieron su bien andança*
que éstos*, ca muy mejor cosa es la onrra que las Riquezas nin las* delectaçiones de los sesos.
Et aquí* conviene de notar lo que sintió* e lo que dixo Aristótiles al tienpo
de la su muerte*, segund que dize en el libro de
Pomeado.*
Cuenta* que quando vino Aristótiles a la fin
de sus días, vinieron a él sus deçíplos,
e demandáronle muchas cosas e muchas demandas, entre los quales
fue este sabio grande e fermoso* en todas las çiençias*; et por esta vantaja* le llaman* filósofo, e* todos los sabios de aquel tienpo tenían mientes a las sus
sentençias* e a los sus dichos, así commo a dichos muy auténticos*, e quando vino*
el* tienpo de la muerte, llegaronse*
todos los filósofos*
desa tierra*, e vinieron a verle*, e a saber si podía* guareçer de aquella enfermedat, e fallaronle que tenía
una mançana en la mano de* muy buen olor, e vieronlo* muy alegre en la cara, e dixieron le: «Maestro,
señor, mucho estamos tristes de la tu enfermedad, e maravillamos nos mucho
porque estás tan alegre do bees que* non puedes escapar» . Et él Respondió:
«no cuydades*, que estó alegre* por que no espero de bevir más
en este mundo nin de* escapar desta* dolençia que he, ca bien sé que non puedo della* escapar, ca* tanto es ya el dolor de la muerte, que si non fuese
por esta mançana que tengo en la mano, que me conforta los
sesos con buen olor* e me alvenga la vida, ya sería muerto, ca la mi alma
sensible -en qué parteçipamos los omnes con las bestias- es
Recreada e Retenida por este buen* olor; mas sabed que estó muy alegre, por que me parto
deste siglo que es muy contrario*.»
Allí* dixo uno* de los deçípulos que dizían*
Symaco, que era el más sabio de todos*: «Maestro*, Señor, sienpre* nos enseñaste muchas çiençias e nos alunbraste*, e agora acreçenta la tu graçia, e muéstranos*
cómmo
temamos* la muerte que veemos*
tomar* a todos los omnes naturalmente; e* en esto nos farás dos bienes, ca enformar nos has, e
farás que escusemos los llantos que avemos* de fazer sobre tý.» Et allí Respondió Aristótiles, e
dixo que omne sabio non sedevía*
doler de la muerte, nin la devía
temer*, más devíase* allegrar con ella e tomar plazer en la Resçebir*, por que el alma en la muerte se ayunta e se aconpaña con su criador
con grand claridat, e todo omne sabidor* deve despreçiar las delectaçiones del cuerpo, e amar las
delectaçiones del alma, que son en conoçer los altos grados de
la sabiduría de Dios, e en conoçer el su*
criador*: «e vós, si bos turbades* de la muerte, e la temedes, non dades onrra a las
çiençias que aprendistes de mí*, más tornades vós al alma* bestial que avedes común con las otras bestias, ca* el alma*
yntellectual* non puede ser bien andante, si non quando se ayuntare
con el su criador* do rresçibirá* el fruto de la buena carrera por do andudo* e de las buenas obras que fizo, e avrá gozo* syn ninguna tristeza.»
Et aquí dio a* entender
que la* bien andança acabada non se deve poner en ningund bien deste
mundo, e magera quél dixiese en los otros libros que en vida* política puede ser bien andança*, e eso mesmo en vida contenplatyva*. Aquí paresçe que determinó la questión diziendo que en vida
política nin en vida contenplatyva*
deste mundo*
non puede ser bien andança conplida, mas
deve ser puesta en vida contenplatyva*
después de la muerte*, e en el amor del criador, e en la contenplaçión de las
sustançias apartadas que nós llamamos ángeles. E aquí se allegó* mucho a la opinión de los
theólogos e de los fieles cristianos que ponen su bien andança* conplida en ber* e amar a Dios. Et por eso dixo
de*
: «Sy
yo te* oviera fallado, ¡commo yo te* diera a Dios!» .
Chapitre 5
Capítulo Vº que mucho conviene al Rey e al prínçipe de
saber su fyn en que deve poner finalmente su esperança e su buen andança.*
En en capítulo vº do dize que
mucho conviene al Rey de saber su fin e en qué ha de poner su
bien andança*, conviene de notar que*
ninguno non deve saber* más cosas nin mejores que el Rey* o el prínçipe*
que haya*
sabiduría, por que ha de aprovechar* a todos sus súbditos*, segund* que dize Valerio* en el vii* libro, en* el primero capítulo.
Et entre* todas las otras cosas que deve saber, conviénele* saber en qué ha de poner su esperança e su bien andança*, ca desto naçen todas las buenas obras, e el non saber desto* trae a los omnes* a muy grandes yerros, así commo el que non sabe el lugar a dó ha
de yr, non puede* saber la carrera, e el que non bee por
do andar ayna cae en la foya, así lo dize Jeshú Cristo en el Evangelio*;
et así* commo el Vallestero que non vee la señal non puede lançar
çierto.
Et por ende, Polícrato*
en el libro que fizo para enformar a
Trasiano*, puso muy buena conparaçión del Rey a los sujebtos*, e dize que toda la República o la comunidat es así* commo un cuerpo cuya cabeça es el Rey e cuyos ojos son los
Sabios, e cuyas orejas son los alcalldes e los juezes,
e quales quier* prepósitos que Reçiben las leyes e los mandamientos del Señor*, et los ponen en esecuçión*; cuya lengua e cuya boca son los abogados*,cuyas manos* son los cavalleros, cuyos pies* son los labradores; e así commo la cabeça es mejor que todos los otros mienbros, por
que los gía, e les* da governamiento, así el Rey deve ser mejor que todos los otros omnes.
Onde dize Sant Anbrosio*, en el Esámeron*, que con Razón el Rey es* conparado a la cabeza, por las noblezas e buenas propiedades* que ha* en ella, ca ésta es más alta*
e puesta* sobre todos los otros mienbros, e es dotada de todos los sesos, e
apostada de espeçial fermosura; e dize adelante* que muy mejor es* que todos los mienbros, así commo el çielo es mejor que todos los
elementos, e como la torre es mejor* que las otras almenas de la çibdat, ca della viene defendimiento
a las otras partes*; bien así de la cabesça deçiende proveymiento* e fuerça a todos los mienbros.
Ca ¿qué valdría* la fuerça de los braços, nin la ligereza de los pies, si non les
viniese ayuda e poderío* de la cabeza, así commo de su prínçipe, ca por ella son
defendidas todas las cosas, e*
desanparadas*? E aún mayor conponymiento es *, ca la natura dio al meollo los cabellos quel* defendiesen, e le guardasen* , por que es sylla e raýz de todos los
nuestros sesos; e ennobleçióle, e bistióle* así por que es fuente de todas las virtudes del cuerpo. Quando bemmos* la cabeça, conoçemos* el omne, e si le falleçiere la cabeça, non puede
ser dél* ningund conoçimiento, ca yaze el
cuerpo tronco syn nobleza e syn nombre; e dize más, concluyendo que non syn razón sirven* todos los mienbros a la cabeça, así commo a sy señor, e tómanla e
tráenla sobre sí, así commo siervos a su señor*
. Vey todos los mienbros e berás* que de
grado sirven a la cabeça; e* los unos la traen, e los otros* la fartan, los otros la defienden, e todos fazen sus ofiçios, e
obedeçen a la cabeça, así commo a su prínçipe, e sírvenla así commo a su
señor.
Et dize que por todas estas propiedades, conviene al prínçipe* el nonbre de cabeça, ca deve ser tal commo la cabeça en el cuerpo
del omne, ca es semejança de la magestad de Dios; e desta materia
fablaremos más adelante, quando diremos de las condiçiones del Rey.
Chapitre 6
Capítulo vi, que non conviene al Rey de poner su buena
andança en las delectaçiones carnales.*
En el vi capítulo, do dize
que non conviene al Rey de poner su buena andança en las
deleytaçiones carnales,*
ca*
mager* los omnes Rudos non sientan* sinon las deleytaçiones* de los sesos*, las quales son las del tanimiento e las del
gusto*. Enpero los sótiles e los que se gían por Razón sienten otras
mayores deleytaçiones que las corporales; e éstas son yntellectuales e espirituales*, e çierto es que ningund omne sabio non pone su bien andança
en las deleytaçiones sensibles nin corporales.
Ca la bien andança acabada ençierra en sí tres cosas: la primera es bondat conplida que farta al omne, la segunda* es bondat e acabamiento del* omne quel muestra la Razón, la terçera* es bondat del alma e non del cuerpo*, donde se sige que ningund sabio non deve poner su bien
andança en las deleytaçiones del cuerpo. Lo primero, por que non fartan a omne, lo segundo por que la Razón non judga que en ellas es bondat
acabada que pueda sienpre durar, lo terçero por que las tales deleytaçiones de los sesos non
son deleytaçiones del alma, mas del cuerpo, e *
la bien andança está en las deleytaçiones
del alma, e non en las del cuerpo.
Et por ende es mucho de Reprehender* el Rey, si en ellas pone su bien andança, por tres males que se pueden seguir ende*. Lo primero, por que le abaxan mucho e fazenle ser peor que
omne e escoger vida de bestia, ca la bida deleytosa e carnal faze a
omne parteçipar* con las bestias e ser bestial. Lo segundo, por quel*
fazen muy menos preçiado* a los omnes, por quel fazen ser* semejante a los que duermen e a los enbríagos, tirándoles
el uso* de Razón, ca esto fazen las grandes deleytaçiones carnales,
segund que dize el filósofo. Lo terçero, por que le fazen que non sea digno para ser* señor nin Rey, por que non usan de sabiduría, lo* que faze a omne ser digno de ser prínçipe e señor.
Glose au chapitre 6
Et aquí conviene de notar los exenplos que fazen estos* tres males sobre dichos. Del primero mal, conviene de notar* que fazen las deleytaçiones carnales: pone Aristótiles exenplo
en el Rey Sardanapolo,
de quien faze el dicho
filósofo
muy grand escarnio* en el primero* de las Éticas, por que fue atan perdido e tan bestial que toda su bien andança ponìa en las
deleytaçiones *, ca tenía que non avía otro bien
en el mundo*, sino deleytaçiones* del cuerpo; e mandó* poner en el su*
epitafio* que la vida deleytosa que oviera en este mundo, esa misma
quería aver en el otro, e éste non syntía ninguna plazentería
del alma, sino del cuerpo;
por ende*, fue conparado a las bestias e llamado bestial.
Eso mesmo* cuenta , en
el primero libro de la Çibdad de Dios, capítulo xix, do* dize que por esto se destruyó la çibdat de
Roma, por que se dieron mucho a deleytaçiones
carnales.
E del segundo*
*, ay enxenplo en Dionisio
Tirano, de que cuenta
Macrobio en el primero libro, capítulo
xxvi, que por esto fue despreçiado e tenido en poco, por que se
dava mucho a mugeres, e era todo afeminado*
en mugeres*, e por tal Razón, commo ésta
murió mala muerte e desonrrada, así commo diremos adelante en este mesmo libro*.
Et del terçero* mal, ay exenplo en el*
enperador Nero, de que cuenta
Sant Jerónimo en la trezésyma quarta epístola*, que por esta razón perdió el Inperio. E dize que todo el señorío de Roma fue menguado e desbaratado so él, ca la
gargantería* destruyó todas las cosas e la su luxuria *
manzelló a todo el mundo* e la su avariçia abarcó todas las cosas, e la su pereça
con el viçio e con la sobervia* quebrantó toda la tierra; e dize más, que ningúnt Inperio non puede ser duradero * nin ningund prinçipado* non puede ser estable* do Regna en el prínçipe luxuria. Et eso mesmo dize en * viiº libro de Polícrato*, en el xii capítulo*,
que quando* los prínçipes se sueltan en las tales deleytaçiones* carnales, los súbditos con mayor liçençia caen* e fazen mal, e así se destruye* el reyno*, por mal exenplo.
E sin* estos tres males sobre dichos, cuenta otros quatro, en el quarto *, capítulo primero, do dize: ¿qué cosa puede ser más suzia que deleytaçiones carnales,
nin más dañosa nin más peligrosa que ellas, por las quales la virtud
es quebrantada, e la vitoria es turbada, e la gloria soterrada, e
tornada ynfamía, e las fuerças, tanbién del cuerpo commo del alma
son vençidas e abaxadas, en tanto que non sepa omne si es más dañoso ser preso de los
enemigos o de la luxuria?
Exenplo del primer* mal pone*
Tulio en el segundo libro de
los Ofiçios, capítulo
vii, do dize que aquellos que mucho se dan a las plazenterías,
conviene les que teman a aquellos que quieren que les teman, e
son sin virtud, así commo Dionisio Tirano, que tanto
era el temor que avía, que nunca se dexava rraer la barva, con
grand miedo que avía* de las navajas; e tomava un carvón ençendido e fazíase la
barva con él, por non dexar fazer su barva a ningún
alfajeme.
Otro tal exenplo cuenta* el dicho Tulio del
Rey Alixandre, en el terçero de los Ofiçios*, que dize* que nunca osava entrar en la cámara de su muger, fasta
que entrase uno de sus cavalleros el espada sacada, e catase
todos los Rincones de la casa*, e las arcas de las mugeres, temiendo que tenían algund
chillo* o algund dardo para matarlo,
e comno* quier quél era muy luxurioso*, sienpre temía* que lo matarían, e así conteçió* que lo mató su muger por la sospechas que dél tomó por amor de su conbrueça*; e desto * cuenta en el
postrimero libro ante de la fín, do añade otro
exenplo del Rey Masmisma,
que maguer que nunca fíava su cuerpo de omne ninguno*, e fazía que sus guardas fuesen los canes;
pero* todo esto le vino por que era
malo e luxurioso, e se dava mucho a las mugeres. Del segundo mal, ay *
do* cuenta Valerio
Máximo* en el iiiiº* libro, capítulo primero, que* dize que la luxuria de*
Canpania* vençió a Aníbal*, aquél que* nunca fue vençido por armas, e fue veçido por
delectaçiones carnales, e dado por vençido a un
cavallero de Roma
quel dezían *
Çipión;
e esto por que* se dava a grandes manjares e a mucho vino* e a ungentes* de grand olor, e a todo uso de grand luxuria; por ende*, seyendo* puesto en sueño e en grandes plazenterías*, en la batalla fue quebrantado e
dispuesto* del dicho Çipión.
Otro tal exenplo* cuenta Egisopo*
del Rey de
Egipto, Antonio*, que Herodes,
Razonando ante el Enperador Otaviano, dixo que aquél Rey non fue vençido por
la fuerza del enperador, mas fue vençido por sus malas
costunbres. Onde dize que lo vençió su muger Cleopatra, e bençiólo* el amor de la
egibçiana*, e bençiólo*
la luxuria e* el biçio de su ençerramiento, que estava sienpre
ençerrado con ella.
Vençido* fue por que quiso ser más* vençido con Cleopatra que ser veçedor sin ella: vençióle la
muger que es más enemiga de los suyos que de los contrarios nin
de los enemigos. Del terçero mal, ay exenplo en el terçero
Libro de los
Reyes, del Rey
Salamón, que perdió
su onrra e su gloria por las mugeres, e dize la escriptura que porque se enclinó a las mugeres
puso manzilla en su gloria, e por esto* e por la ydolatría a que lo ellas trayeron*, fue perdido el su Reyno, no en él más en su fijo Roboán
así tiróle Dios* las diez partes del Rey, e diólas a su siervo Geroboán.
E aún avemos otro exenplo más manual* e más de çerca, del Rey
Rodrigo, que por el pecado de adulterio que fizo
con la muger fija*
de don
Yllán*, perdió la tierra toda* fasta Santiago, e murió desterrado. Ca los moros cobraron la tierra toda de
Castilla fasta las puertas de Oviedo*, por la qual cosa es mucho de denostar todo omne, e mucho
más el Rey*, si se dexa vençer a las . Del quarto mal, ay exenplo que cuenta
Valerio en el primero libro, que
Cornelio Çipión, quando fue enbíado a
España, luego*
que fue llegado* a la hueste *
de los
Romanos, mandó e fizo pregonar que todas aquellas cosas que podrían ser a
deletaçión carnal, que fuesen* echadas del
Real. Donde luego fueron echadas dende dos mill malas
mugeres, por que sabía muy bien aquel sabio cabdillo que
la plazentería carnal faze a los omnes* flacos e syn virtud, e enflaqueçen todas las virtudes del
cuerpo e del alma*.
Onde dize Sant
Jerónimo en la Epístola xxxiiiiº, que los muy sabios e muy sanctos* fueron engañados por las mugeres;
do dize que quál fue más sabio que Salamón e quál más sancto que
David, e quál más fuerte
de Sansón, e todos estos
fueron engañados por mugeres*, et por todos estos males se deven guardar mucho los Reyes
dellas*.
Chapitre 7
Capítulo vii, quel Rey non deve poner su bien andança
en las rriquezas tenporales*
En el siete capítulo,
demuestra que el Rey non deve poner su bien andança en las
Riquezas tenporales.*
Conviene de notar que*el* filósofo, en el primero* de las Política,
pone dos maneras de Riquezas. Ca ay Riquezas artefiçiales*, que son falladas por arte* e por sabiduría de los omnes, así commo son oro e plata e
toda moneda, e ay otras Riquezas naturales, e son dichas* así por naçer* de las cosas naturales, asý commo son pan, vino, olio e las otras cosas que naçen de
la tierra e de los árvoles*
e las animalias* que se engendran* naturalmente, e generalmente todas aquellas cosas que sirven
a la nuestra bida corporal, e éstas son muy mejores que las artefiçiales, ca éstas nos
sirven e nos cunplen en las nuestras menguas corporales, ca las artefiçiales por sí non nos cunplen a las nuestras
menguas, mas solamente nos sirven por que las mudamos e las canbiamos* por las naturales; e en ninguna destas Riquezas non deve el Rey poner* su bien andança,
et segund* que prueva el filósofo en el primero de las Políticas*; onde non la deven poner en las Riquezas artefiçiales: lo primero, por que son ordenadas * las naturales, e çierto es que la bien andança non es ordenada a otra cosa,
mas todas las otras cosas son ordenadas a ella. Lo segundo, por que las Riquezas
artefiçiales non han de ser* por que sean Riquezas, mas solamente lo son por ordenamiento
de los omnes, ca los dineros non han de sí que sean Riquezas*, si non por que los omes les dan dignidat* e onrra e
usan dellos, commo de cosa* provechosa, e esto es segund la opinión de los omnes, ca de sí non han
provecho ninguno. Lo terçero, non es de poner la bien andança en las Riquezas
artefiçiales, por que nunca fartan al omne nin ha en ellas bien
conplido que esfuerçen el alma*, ca podría* seer omne Rico de oro* e de plata e de dineros, e morir de
fanbre, así como Mida*, de quién pone exenplo en el primero* de las Políticas, e esto* está en el testo.
Otrosí, los Reyes non deven poner su bien andança en las
Riquezas naturales, ca mager ellas*
abastan* a la vida corporal que es en comer e en vestir e en las otras
cosas que son menester para el conplimiento de la vida corporal non
abastan a los bienes del alma, e çierto es que la bienandança abasta a los
bienes del alma,* ca si los Reyes en las Riquezas sobre dichas pusiesen su bien
andança, segirse les yan tres males. El primero que perdería por ende los grandes bienes que son
virtudes, ca tanto amarían las Riquezas, ca las non darían nin
querrían partyr de sí,
nin serían liberales nin francos*, nin maníficos, quáles deven ser los Reyes. El segundo mal, que serían*
por ello* tiranos, ca ternían sienpre mientes a allegar*algos e Riquezas, e por ende abrían de fazer muchos tuertos
e muchos desagisados a sus súbditos, teniendo mientes al su bien
propio e non al dellos*. El terçero mal es que serían despobladores de sus tierras*, tomando los algos a sus súbditos*, para fazer a sí Ricos.
Glose au chapitre 7
Mas aquí conviene de notar que en ninguna manera non es de
poner la bienandança en las Riquezas sobre dichas*, ca los sabios por alcançar virtudes, desanpararon estas Riquezas*. E desto ay muy buenos exenplos*. El primero es de , que seyendo él muy Rico, tomó mucho *oro e mucha plata para yr a estudio
a Atenas*, segund que dize en la epístola xxxv, e yéndose* por el camino, pensó en su coraçón que non podía aver nin
alcançar las virtudes nin las çiençias teniendo consigo los algos e
las Riquezas, e entró en la mar e tomó el oro e la plata, e dixo:
«echar te he de mi carga mala, e
somurmujar te he por que non somurmujes tú a mí*» , e lançólo todo en la mar. Et dize* déste Sant Jerónimo que este menospreçio del algo non fue
bueno nin virtuoso*: para ser bueno* deviéralo dar a los pobres antes que echarlo en la mar. Otro exenplo cuenta de Mascupia* en el vii libro, que ninguno non puede ser bien aventurado
con los bienes corporales*, do dize que Respondió* a un prínçipe que le preguntava* quál era bienaventurado*, e dixo que ninguno de aquellos que él tenía por bien
aventurados non lo era, nin ningunt Rico, nin ningunt
honrrado, nin ningunt que ponga*su esperança en bienes tenporales*, mas aquél es bien aventurado que ha los bienes del alma e non del cuerpo*.
Et por ende, es mucho de denostar* todo omne, e mucho más el Rey o el señor si pone su bien
andança en las Riquezas tenporales*, ca dende se * sigen aquellos tres males que pone en este
capítulo*,
e desto ay otros*exenplos* de los Reyes antigos.
El primero fue de Marchione
Securia*, que fue forma de toda la bondat de Roma, e espejo
de toda la fortaleza*, segund cuenta Valerio
en el iiiiº libro*, do dize que quando los legados sabynos* vinieron a él, fallaron lo que estava* en escaño de madera al fuego, e falláronlo çenando*en escudillas e en tajadores *
e en vasos de madera, e tomaron mucho oro que
ellos traýan, e pusiérongelo delante, e rrogáronle muy
afincadamente que mandase fazer basos de oro, e
escudillas e tajadores,* e él començóser a sonrreýr, e díxoles *: «Amigos, en * vano traxistes aquí vuestro
oro: tornadvos e dezid a los sabynos* quel carro del Machión* más quiere ser señor de los Ricos que seer él Rico*; e este oro, que mucho lo preçiades*, tomadlo conbusco*, así commo cosa muy engañosa de los omnes, e
acordatvos que nunca fuy vençido por enemigo nin corronpido
por aver ninguno» .
Otro exenplo cuenta Balerio en el terçero libro, que quando Çepión
fue acusado en el senado* de Roma que tomara aver de África, Respondió que commo él oviese sojudgada a toda África el poderío de Roma, nunca tomó ninguna cosa que
pudiese ser dicha suya si non el sobrenombre, que fue llamado
Çipión Africano por que
vençió e sojudgo a toda África; e dexó mayor alabança de sí que non
pudieran los africanos fazer a él abariento nin a su hermano*, ca* cada uno dellos era más Rico de enbidia que les avién* que del algo que tomaran*, ca avían conquerido*
a Asia e
África*, por la qual Razón los* acusavan con* enbidia, por que eran* más Rico de birtudes que de algos.
Exenplo del segundo mal que faze la cobdiçia de
Riquezas del prínçipe sobredicho, que cuenta el dicho*
Valerio que porque non
oviese a tiranizar nunca, quiso tomar nada de vasallo que
oviense nin de omne a quién vençiese*.Onde quando* bençió al Rey Piro,
nunca quiso tomar nada de la prea, mas enrriqueçió la çibdat e
la cavallería de la prea que tomó, e tovo que con todo esto
escusaría el pecho del pueblo, e non apremiaría a los vasallos*, tomando dellos algo*, cuydando que más digno prínçipe sería dando que tomando e Relevando la tierra que
apremiándola*.
Exenplo* contra el terçero mal que pone Balerio en el libro sobre dicho, do dize que
los prínçipes Romanos
mayor* cuydado avían de poblar los lugares e enrrequeçer las çibdades* que de fazer a sí Ricos, e más querían ser pobres que Ricos*, por que pudiesen enrrequeçer a las comunidades. Et pone ý exenplos de muchos
prínçipes que tan pobres eran quando murían que non avían con que* casasen a sus fijas*, e los buenos varones de Roma dávanles sus casamientos muy
buenos e mucho* onrrados.
Et dize Sant
Agostín en la Primera Epýstóla* que más de doler era que perdían
tal pobredad los Romanos que
non las Riquezas, ca en aquella pobredad se guardava conplimiento de virtud* e de buenas costunbres*, et por las Riquezas que avían non se fazían los muros de
la çibdad, mas corronpíanse los de la honestad*.
Chapitre 8
Capítulo viiiº, que non conviene al Rey de poner su
buena andança en las onrras tenporales.*
En el ocho capítulo, do
muestra que non conviene al Rey de poner su bien andança en
las onrras tenporales*, conviene de notar que*
mager *
muchos* erraron en esto, que cuydaron* que el mayor* bien quel* omne podía aver*
era onrra*,
et por* ende que avían de*
poner* toda su buena* andança en ella, e fazer quánto pudiesen por alcançarla*.
Enpero, si tovyéremos mientes* a tres cosas que son en las onrras, fallaremos que non es de
poner la bien andança en ellas,
ca lo primero*, las onrras* son bien ordenadas* a otra cosas mejor que ellas*, que son las birtudes*, segund que dize el filósofo en el primero de las Éticas, ca onrra es
rreverençia fecha a otro* en testimonio de virtud*, ca* da a entender el filósofo*
que la* onrra es ordenada a la virtud, ca todo omne quiere ser onrrado, por que parezca sabio e
virtuoso, e por ende ninguno non quiere ser onrrado de los moços,
segund que dize el filósofo*, por que la onrra que los moços fazen non es convenible título* de sabiduría e de virtudes. Et por ende, más se deve poner la bien andança en las obras
de virtudes que en las onrras. Lo segundo, la onrra* non es bien de dentro del alma, mas*
es de fuera*, ca es la señal* de virtudes, e toda señal deve manifestar lo que* rrepresenta,
ca çierto* es que las cosas que están dentro en el
alma,*
que son* los pensamientos o* las virtudes, non las puede manifestar ninguna cosa de fuera.
Et por ende, la Reverençia que omne faze a otro
non puede manifestar las
virtudes*. Por la qual cosa non es de poner la bien
andança en la onrra*.
Lo terçero, *
es la onrra *
en aquél que la* faze e non*
en aquél que la Reçibe*,
por que la* Razón si en ella fuese la bien andança, el que faze la onrra
o el que onrra a otro más sería bien andante, que non el
onrrado.
Onde mucho es de denostar*
el Rey* e aún todo omne si pone toda su bien andança en las onrras,
ca dende se sigen* tres males:
el primero es que non fará fuerça de ser* bueno, mas de pareçer bueno, por que pueda ser onrrado, e asý
sería malo* e engañoso segund que dize el filósofo en el libro
sobredicho.
Lo segundo*, será presentuoso e esponedor de peligros a sí e a sus
pueblos, ca commo él ama mucho la onrra así commo toda* su bien andança, por alcançar onrra porná a sí e a todos sus pueblos*
en* grandes peligros. Et desto pone aquí exenplo el* fijo del prínçipe*
Torquato*, que por alcançar onrra puso a todo* el pueblo de Roma en *
grand peligro*, e por ende lo mató su padre. Lo terçero*, el Rey será tortiçiero* e desigual si pusiere su* bien andança en las onrras, ca non*
partirá* sus dones nin sus benefiçios* segund los mereçimientos* de las personas,
e*
más darlos ha a aquellos* de quien mayor onrra pudiere aver,
e a las vezes* ante los dará a los malos que a los buenos, e así será mal Rey e desigual.
Glose au chapitre 8
Et aquí conviene de notar que en ninguna manera por la
Razones sobre dichas non es de poner* la bien andança en las onrras, e esto podemos provar por otras razones.
La primera es que pone Sant Agostín en el vº libro de
la Çibdad de Dios,
capítulo xiii, do dize que los sabios
de Roma fizieron dos moradas e dos tenplos muy
onrrados; el* uno fizieron para la virtud, e el otro para la onrra, e
ordenaron que estas dos casas fuesen puestas por Dioses*, e onrrávanlas así*
commo a Dioses*, e mandaron que ninguno non pasase al tenplo de la onrra
si *
primero non pasase por el tenplo de la
virtud: do* davan a entender, segund dize Sant Agostín, que ninguno non devía sobir a onrras sinon por
virtudes*, ca por los mereçimientos*
debe venir cada uno*
a la onrra* e non por cobdiçia engañosa nin por falsedat. Et aquí muestra claramente Sant
Agostín* que la bien andança más es devida a las virtudes e a los
mereçimientos o* a las buenas obras que a las grandes onrras*. La segunda* razón pone en el
terçero libro De la
Consolaçión de la filosofía, iiiiº capítulo*, do prueva que la dignidat nin la onrra non ha de sí* ninguna virtud, nin ninguna bondat, mas tiene consigo ayuntada una falsa opinión que en ella* es virtud propia, ca*
non ay* dubda ninguna que los malos* pueden alcançar dignidades e onrras, e si ellas fuesen de sí
buenas, farían a los que las amasen* buenos e virtuosos; e así los malos quando son onrrados, serían* virtuosos, lo que non son, e magera*
que parezca*
que son buenos ellos* por que son onrrados, enpero más les naçe dende desonrra que
onrra; por que más manifiesto* es cada uno por malo* quanto más es denostado e desechado* de los omnes, et esto fazen las dignidades e las onrras con
grand razón, ca los malos dan a las dignidades e a las onrras sus gualardones*, asý commo ellas a ellos. Et quiere dezir
que asý* commo los malos ensuzian e desonrran a las dignidades*, así las dignidades ensuzian e desonrran a los malos
maniféstanlos* por quales son. Et pone
exenplo que un sabio*
quel* dizían
llamó* a un alcalde quel* dizían novio *
hadrubado* e giboso, por que seýe*
en silla* de alcalde non lo mereçiendo*. Et eso mesmo dize Sant Bernaldo a
Eugenio Papa*, en el iiº* capítulo, quel Rey que see en la silla del Reyno syn
sabiduría* es tal commo la ximia* que está
ençima del techo, a la qual *
paresçe toda su torpedad*:
ca* quanto más él alto sube*, tanto más paresçen*
todas sus torpedades*. Bien así los malos: quanto* en mayores dignidades son puestos*, tanto más paresçen sus menguas.
Aquí*
ay* muy buenos exenplos en cómmo los buenos omnes* deven despreçiar las onrras e preçiar las
virtudes.
El primero es el que cuenta*
Egisopo* en el iiiiº libro de Vaspasiano, que quando tenía çercada a
Jherusalém,
viniéronle nuevas que era muerto el enperador
Neró, e degollado Galba*, que fue tomado en pos él, e non duró
en el ynperio más* de seys meses; et dixiéronle* que los cavalleros de
Roma abían escogido a Vaspasiano por enperador, i
vinieron muchos cavalleros viejos a rrogarle que quisiese tomar
el ynperio, e él dixo* que non lo* faría, ca non era digno para ello; e ellos començaron de porfiar mucho con él, e
él escusóse* afincadamente que en ninguna manera non lo
tomaría,
e estovieron en esta porfía*
fasta tanto que los cavalleros se
ovieron de tornar*, e vinieron* contra él las espadas sacadas, diziendo que le
matarían si non tomase el imperio; e él, veyendo que non le cabié* synon la muerte, óvolo de tomar contra su boluntad,
et dixo que más tomava sobre sí carga que
onrra. Otro exenplo pone en el vii
libro, capítulo iii*, de un Rey sabio que quanto le dieron la corona del Reyno*, ante que la pusiese en la cabeça Retóvola* en las manos grande* pieça e dixo aquí*: «¡ Noble grado* más que bien andança, e si los omnes bien
supiesen quántos son los cuydados e los peligros* e las mezquindades deste grado e desta corona, non la devía ninguno levantar* de la tierra, mas dexarla yazer !» . E quiere* dezir que si cada uno pensase* los cuydados e los peligros que son en las onrras, que aun que gelas ofreçiesen, non las
devían Reçebir*.
Otro *
exenplo pone*
en el vº libro, capítulo ii*, de un cavallero que sallía* por una puerta de Roma, e en saliendo
cayóle una corona en la cabeça*, e dixieron los que que lo vieron que si *
tornase* a la çibdad, que sería Rey*, e él por non ser Rey*, fuese a desterrar* dó nunca paresçiese*, e en señal deste despreçiamiento* de onrra la cabeça de la ymajen de cobre que estava
sobre la puerta sumióse en la ymajen.
Otro exenplo cuenta Valerio en el iiiiº libro, capítulo i*, de un prínçipe al qual tiraron los Romanos
a Asia* e a muchas gentes de que era señor, e él dio grandes graçias a todo el pueblo* de Roma, por que le* avían tirado de tan grand cuydado, e librado e tan
grand procuraçión commo tenía, e que era judgado* de aver poder sobre pequeños términos de Reyno*.
Este mesmo exenplo avemos del Rey de los Reyes e del señor de
los señores*, que dio muy afincadamente a todos los
prínçipes de la tierra quando bio que lo* querían tomar por Rey, fuxó* de entre los omnes e fuese para el monte, segúnd
dize Sant Johan en el Evangelio
en el viº capítulo*,
et Sant
Gregorio en la *Omelía xli
dize que fuyó Yhesú Cristo, enseñando a nos
foýr de las honrras mundanales*, e vino aquí entre nos a enseñarnos
menospreçiar* las onrras deste mundo e amar las onrras del otro.
Chapitre 9
Capítulo nueve, quel Rey non deve poner su buena
andança en fama nin en gloria tenporal.*
En el nueve capítulo, do
muestra de cómmo el Rey non deve poner su buena andança en
fama nin en gloria tenporal*,
conviene de notar* que estas quatro cosas, que son onrra e alabança e fama e
gloria, mager parescan ser una cosa, enpero non lo son,
ca* así se departen. Que de la onrra naçe la alabança, ca por que
alguno es onrrado e tenido en onrra e es loado* entre los otros omnes*, enpero sienpre la onrra es mejor que el loor, por que ha de
ser en mayores cosas que el loor,
e ha de ser* en quales se quier*
señales*, si quier de palabras, si quier de
fechos, ca los omnes a las vezes se onrran* con palabras buenas, e a las vezes* con otras señales, así commo inclinarse et tyrar los capirotes*, *
o fincar los ynojos, o fazer quales quier* Reverençias.
Onde* dize en el
primero de las Retóricas que partes de onrras son fazer sacrefiçios,
fazer viesos* en Remenbrança de loor , dar la
primera silla* en el coro o en la oraçión, e fazer quales se quier
Reverençias, mas alabança* non ha de ser si non por palabras. Et por ende, non es tan* general la alabança* commo la onrra, de la onrra e de la alabança naçe la gloria e la fama,
ca por que* alguno es puesto en onrra e en grand preçio, por sí es tenido por glorioso e por
famoso**Et de la* gloria naçe la fama, ca por que alguno es glorioso, es puesto* en fama e en nonbradía; mas todas estas cosas son en opinión de los omnes.
Et por ende, non deve seer puesta en ellas la bien
andança, ca se pueden engañar los omnes, cuydando que son buenos
aquellos a quién onrran e a quién alaban e a quién glorefican, e
ponen en buena fama, e a las vezes son malos*, ca mucho onrrados e gloriosos* en este mundo son malos, e por ende, non es de poner en estas cosas la bien
andança,
e esto* por tres Razones que aquí pone: lo uno, por que estas cosas son señales que Representan bondat* en los omnes, e a las vezes son falsas, que non es* en ellas bondad nin virtud. Lo segundo*, por que los malos pueden parteçipar fama e gloria e onrra e loor*, ca muchas bezes los que non lo* mereçen las han*
et los que las mereçen non las han*, et esto por que los omnes se engañan en estas cosas, cuydando
lo que non es, ca quando les alguno pareçe* de fuera bueno, glorifícanlo, e
lóanlo, mager segund verdat non sea ello así*. Lo terçero, por que todas estas cosas son en las pareçençias,
e en las señales de fuera, et non en las señales de dentro del
alma, e por ende non se deve el Rey tener por bien andante si fuere
en fama o en gloria* ante los omnes, mas si lo fuere ante los ojos de Dios. Ca gloria nin fama non es otra cosa,
syno claro conoçimiento de la persona con el alabança della, e *
Dios conoçe las cosas así commo son*, e nunca se engaña*, e bee tan bien lo de dentro como lo de fuera.
Por ende*, el que* es famoso e glorioso ante los ojos de Dios, aquél es
verdaderamente famoso e glorioso*.
Glose au chapitre 9
Mas aquí conviene de notar lo que todos los Santos e los filósofos* acuerdan, en esto que non es de poner la biendança* en fama nin en gloria tenporal*, e esto por la breviedat e por que duran poco. Onde dize , capítulo xxiiiiº:
«levantáronse los omnes en gloria para poco tienpo, e non
pueden* estar nin durar en ella» . Sobre la qual palabra dize , en el iiiiº libro* de las Costunbres, capítulo xxvi, que pues la vida* de los omnes es así comovara* que se levanta de la tierra e
dura poco, e toda carne es así commo feno, e toda gloria es así
commo flor del canpo,
así segund* que dize Ysaýas , capítulo xl, «fíncanos quel poderío
tenporal* sea muy breve, e que
la gloria tenporal* a desora se fenezca*» , ca toda la gloria* del mundo quando Reverdeçe es commo la flor, demientra* se levanta,
a* poca pieça se acaba; onde tal es la gloria mundanal como la paja que levanta* el viento en alto, e Rebátala* e déxala caer, e da con ella en el lodo; e tal es commo el fumo *que se alça, e commo la niebla que se *levanta, e luego se deffaze, e tal es como Ruçío que a desora se defaze al
sol*, e tal es commo el nublo que se levanta e
espanta, enpero luego se alça e se defaze*, e tal es como las espumas de las aguas que creçen por que perezcan e creçiendo fazen por do fallezcan*:
ca todas* estas conporaçiones pone . Por ende, dize el sabio en el libro de la Sabiduría, capítulo
vº, «¿Qué nos aprovechan la sobervia*, qué nos aprovechan la vana gloria de
las rriquezas? Ca* todo pasó e pasará, así commo sombra» .
Et desto ay muy buenos exenplos, el primero es del , del qual
cuenta en la *
Estoria Tripartita que quando *
él floreçía e era*
en mayor* virtud del su ynperio, mandó poner la su silla* en la Ribera del mar* al tienpo de la creçençia*, e començó a* Razonar con* la mar, e dixo: «Mándote yo, mar, que non subas a mi tierra, e
que non mojes las*
vistiduras de tu señor, nin seas
osada de tañer nin mojar* los pies de tu señor» . Et él estando así, començó la mar a* creçer, e a* entrar contra él, e mojóle* las vestiduras e los pies, e aún subía por lo afogar*.
Aquella* ora salió de la sylla e dixo:
«Sepan todos los que biven en el mundo, que vana e frívola es
la gloria* del Rey, e pequeño el su poder, nin deve ninguno ser dicho Rey* si non aquél que ha poder en el
çielo e en la tierra e en la mar, e a quién obedeçen todas las
criaturas» , e tiró la corona de oro que tenía ençima* de su cabeça, e nunca se la puso jamás*; mas fuela poner sobre la ymagen del salvador*, en la cruz, a onrra del Rey del çielo, e era Rey* muy poderoso, ca era señor de Mergerbiar*
de Davatyn e de
Ynglaterra*.
Otro exenplo ay desto del Rey Serses*, segund que cuenta Sant
Jerónimo en la epístola xv. Et eso mesmo cuenta Valerio en el postrimero libro, çerca la fin*,
do dize* que este Rey* subió ençima de un monte mucho alto*, e quando bio muchedunbre de omnes sin cuenta e huestas
de cavalleros que non podrían* ser contados, començó de llorar muy fuertemente, por que
después de çiento años, ninguno de aquellos non podía* bevir. E dize Valerio que
allí, en semejança* de otro*, lloró su condiçión e su gloria más vana que verdadera,
por que era más bien andante*
de grandeza* de Riquezas que por bien andança verdadera*.
Chapitre 10
Capítulo x, quel Rey non deve poner su buena andança
en el poderío çevil et mundanal.*
En el diez capítulo,
muestra quel Rey non deve poner su bien andança en el
poderío çevil*.
Conviene de notar que*
algunos*
cuydaron* que la mejor cosa* que los Reyes podían aver era*
grand poderío* con que pudiesen sobjudgar*
a todas* las gentes, e traen por sí a en el libro de
la cavallería, do dize que sobre todas las cosas *
del mundo es de alabar* el arte de la cavallería, ca esto* fizo a muchos seer señores de todo el mundo*, e trae exenplo de los
Romanos*
que por que ellos* fueron muy sabidores e dieron grande acuçia* a ser cavalleros buenos*, fueron* muy onrrados, ca sobjudgaron todo el mundo a su señorío*.
Onde dize* que esto deve ser prinçipal* en la entençión del prínçipe que aya grand poderío çevil para
poder enseñorecer*
sobre las otras gentes*; mas esto es contra la opinión de
, en el vii*
de las Políticas*, do prueva por çinco* Razones que ningund Rey non deve poner su bien andança en
poderío* çevil.
La primera* es por que* si él quisiese con poderío sobjudgar las gentes, él querría
seer señor por fuerça e contra boluntad de los omnes, e ningund tal señorío non puede mucho durar. La segunda* es que tal señorío que se así ganase con poderío non sería
bueno, nin mostraría en el prínçipe bondat de vida*; ca muchos tiranos ovieron grandes poderes*
syn bondat de vida e syn virtudes asý commo fue
Dionisio Çeçiliano, de quién dize
el filósofo en el lugar sobre dicho que ovo grand
poder*
enpero fue muy mal prínçipe*. E dize que grand escarnyo* es cuydar que alguno es bien andante si echa de sí la buena
vida. La terçera razón es que por la bien andança es de poner en muy buen* prençipado e muy digno, si ella es de poner en algund prinçipado*; e çierto es que el que enseñorea* por grand poderío non enseñorea a los omnes por su boluntad,
mas enseñoréalos por fuerça, e non es señor de omnes libres, mas es señor
de siervos*, e* mejor cosa es ser señor* de omnes* libres que de siervos.
La quarta* Razón es que si el Rey se vee* por bien andante por que ha poderío çevil, todo su pueblo
ordenará e aforteleçerá a uso de armas*, e non a justiçia* nin a uso*
de virtudes*. E çierto es que la justiçia es mayor bien que la fortaleza, e
así el prínçipe que pone su bien andança en el poderío* çevil non ordena sus çibdadanos* a mayores
bienes, mas a menores.
La quinta* es que por que tal Rey que quiere* ser bien andante con poderío çevil*, magera que se aya bien en tienpo de guerra, non* se avrá bien en tienpo de paz, en el qual se deve guardar justiçia e tenprança*; e así será malo e pecador, la qual
cosa es mucho de denostar al Rey*.
Glose au chapitre 10
Mas aquí conviene de
notar las Razones que pone Boeçio en el libro* de la Consolaçión, en el viº capítulo, do dize que porque los
poderíos çeviles son muy pequeños e non ha en ellos* bondat natural, nin virtud propia, e porque* duran poco e traen consigo mucho daños e muchos males, non*
los deven* los omnes mucho* desear: lo primero, que han* pequeño poder. Prúevalo* así:
«Amigos que diremos de los poderes* e de las dignidades que vós igualades al çielo, e
dezidme, Reyes e prínçipes*, ¿quál es buestro poderío tan noble e tan alto, non* es terrenal? Çierto es que si*.
Ca si quisierdes pensar* en las bestias e en las animalias*
que si alguna quisiere tomar señorío* sobre las otras, vós faredes*
dende*
escarnio;
e si* un mur quisiere tomar señorío*
sobre los otros mures*, vós Reyredes* mucho dende*: bien así Dios e los ángeles fazen grand escarnio de
buestros poderes* e de buestros señoríos mal avidos e sin virtud. E si quisiéredes tener mientes en los buestros*
cuerpos qué flacos son, fallaredes* que de las moscas
quando vos muerden nin de los gusanos nin* de las bívoras que se ençierran en los forrados* non vos podedes vengar.
Pues, ¿qué poder es el vuestro? Creed que non
podedes aver derecho ninguno si non sobre* los cuerpos de los omnes*, ca los coraçones francos son, e non siervos nin
sobjetos» . E faze tal Razón:
non puede* el omne aver mayor poder de quanto le
da la natura,
e çierto es que la natura* egual fizo al Rey
e al vasallo. Et por ende, naturalmente non ha* mayor poder el uno que el otro.
Lo segundo que* en los poderíos non ay bondat natural prúevase* así, que si ellos de sí fuesen buenos, nunca los avrían los malos*; ca las cosas contrarias non pueden estar en uno, por que la
natura Refuza mucho que las cosas contrarias sean en uno, o se
ayunten en uno,
et çierto* es que la bondat e la maldat son cosas *
contrarias.
Por ende*, la virtudes e las bondades non pueden estar con las maldades
en los malos, ca fazerlos ýan buenos, et pues que muchos malos han los poderíos*, síguese con Razón que los poderíos non son de sí buenos nin
ay en ellos virtud natural,
ca* la virtud es açidental a la onrra e al poder e es natural *
a la bondad .
Et por ende*, ningund malo non puede aver virtud nin deve aver onrra, e pone tal exenplo: el fuego es naturalmente caliente*, e doquier que él es, sienpre escalienta*, así si el poder de sí* fuese bueno, sienpre faría al poderoso
bueno*. Lo terçero, los poderíos* duran poco, e pruévalo* Boeçio así: ca la vida del omne es muy pequeña, e çierto es que el su poderío non es mayor que la su vida, e
por ende el su poderío non puede durar mucho*,
ca destruydo el sobjeto*
non puede durar el açidente*.
Et esta mesma Razón pone el
sabio*
en* el Eclesiástico*, x capítulo, do dize que todo poderío es vida muy pequeña.
Lo quarto, que* en los poderíos ay muchos cuydados e mucho doleres*, e muchas malas andanças: pruévalo* Boeçio así,*
e dize*
«Reyes*, ¿qué poderío es éste, que non puede fuýr nin escusar los
mordimientos de los cuydados, nin los agijones de los
temores? Ca quieren los poderoso bevir seguros e sin temor*, mas non pueden, e quieren ellos*
escusar los daños e los
males, mas non pueden.* Pues ¿cómmo tenedes vós por poderoso aquél que
non puede fazer lo que quiere*, nin aquél que sienpre anda
çercado de gentes por el temor que ha*?»
E desto ay muy buenos exenplos
en el primero libro* de la Clemençia, iiiiº capítulo, do dize, fablando al
enperador*: «Puedo yo, enperador*, andar por toda parte* de la çibdad solo e sin temor ninguno, e magera ningund
omne non ande conmigo non he
temor* ninguno, nin me conviene de tomar*
cuchillo ninguno. Mas tú, en tu poder*, Dionisio*,
conviénete de andar* armado e en tus pies,*
e conviénete* que seas çercado de omnes armados, e doquier que tú fueres, que vayas aguardado, e esto* es muy grand captividad* e muy grand servidunbre, sienpre estar*
omne* atado e çercado de
compañas» . Onde Platón, quando
bido* a este enperador Dionisio así
çercado de conpañas*
díxole*: «¡Qué mal feziste, por* que as de ser
aguardado de tantos omnes!» .
Otro exenplo ay que pone este mesmo
Séneca en la epístola
xcviiiº*, do dize que muchos de los
enperadores por que vençiesen sus enemigos fueron
vençidos de sus cobdiçias e de sus pecadosca quando querían
apremiar a los otros eran apremiados de sus
pecados*.
Ca apremiava*
a Alixandre* la furia e la saña de ganar*
todo el mundo, e faziále acometer* cosas que non sabía nin podía*, e fazíale* sobir al çielo con los grifos, e deçender a fondo*
del mar* con los pescados*,
e dize más de*
Çesar que la cobdiçia e la
mala manera de sobrepujar sobre los otros
le apremiavan*, e le* deffazía de toda virtud, e de todo
bien,
onde cuenta Valerio en el iiiiº libro que los
rromanos
del aradro* tomavan los que avían de fazer* enperadores, por que non se ensoberveçiesen nin los vençiese* la cobdiçia*.
Pone* exenplo que Atriçiho*, quando estava arando e senbrando simiente*, tomáronlo* los que fueron enbíados de Roma a escoger enperador, e
levaronlo e alçáronlo*
los
Romanos por enperador*, mas él con sus manos rrústicas e de labrador estableçió e
fundó la comunidat de Roma, e salvóla e sojudgo muchas gentes de
los enemigos al poderío de Roma, el qual Atriçiho* así yva en el carro triunphal, Reteniendo las Riendas de
los cavallos*, así commo si fuera ante los bueyes a arar, e non tomaron vergüença los
Romanos de disponer* a Çipión e de poner en el carro a
este labrador.
Otro exenplo cuenta *allí de Quinaçio*, de quién dize Sant Agostín* en el quinto libro de la Çibdat de Dios, capítulo xxviiiº*, que non avía más de quatro obradas* de tierra, e labrávalas* con sus manos, e dize que arando, él fue tomado del aradro e traýdo* al ynperio e puesto en grant onrra, e el dicho*
Quinaçio* después que ovo vençido los enemigos, sojudgándolos al
inperio, et después que alcançó mucha gloria e asáz bitorias*, tornóse a su pobreza e dixo a los Romanos que ya non le*
conbenía* ser mejor* que sus vezinos*.
Chapitre 11
Capítulo xi que el Rey non deve poner su bien
andança en sanidat nin en formosura nin en fuerça corporal*
En el xi capítulo,
demuestra quel Rey non deve poner su bien andança en sanidat
nin en fermosura nin en fuerça corporal*
paresçen a aquellos que los non han tanto
grandes* que les semeja que en ellos deve ser puesta la buena andança,
segund que dize el filósofo en el primero* de las Éticas, ca los enfermos ponen toda*
la su* bien andança en la sanidat*
, e
los mendigos en rriquezas, e los feos* en fermosura, e los flacos* en fuerça corporal, mas en* estos bienes corporales non puede* seer bien andança pruévalo el filósofo por tres Razones.
La primera es por que en ningunos*
bienes* corporales non puede* ser bien andança, e çierto es que la sanidat que está en ygualança de los humores, e
la fermosura que está*
en la comensuraçión de los mienbros, e la fuerça que está en* proporçión convenible de los huesos e de los nervios, que* son cosas corporales, e por tanto non crea ninguno que quando es sano o fermoso* e Rezio e fuerte, que es bien andante*.
La* segunda Razón es por que estos *
bienes sobre dichos son bienes*
sobre dichos son bienes de fuera,
e non de dentro del alma; e ninguno non es bien andante synon de los bienes* del alma, ca el alma más es de la natura el omne que el* cuerpo, ca más es en el* omne entendimiento que seso, segund que dize el filósofo.
Et por ende, la bien andança non ha de seer si non en los
bienes del alma, que son virtudes, ca entonçe es el omne bien
andante, quando semeja a Dios. E çierto es que Dios es bien andante, por los bienes que ha
en sí e non por los bienes que ha fuera de sí. e bien así el omne es bien andante por los bienes que ha
dentro de sí e non por los bienes que ha fuera del* cuerpo. Así lo dize el filósofo en el seteno de las Políticas*, que Dios es testigo de la nuestra* bien andança. La* terçera razón es por que todos estos bienes corporales* son muy corronpibles, ca están en poderío de los cuerpos
çelestiales que son movibles e en movimiento* del ayre e de las viandas, las quales cosas fazen en nos*
muy* ayna mudamiento e corrobçión; et por ende en ningunas cosas corporales non es de poner la
bien andança.
Glose au chapitre 11
Et aquí conviene de notar que desto ay muchos* buenos exenplos en la Santa Escriptura, ca por estas cosas
fueron muchos mal andantes e perdidos.
Lo* primero,* por que pusieron su bien andança en
grand fermosura e en grand fuerça corporal,
e desto ay exenplo en el Genesis, vi capítulo*, do cuenta que en* la primera hedad, las mugeres de
aquél tienpo eran muy fermosas, e los omnes muy Rezios e muy
sanos, e beyendo ellos que las
mugeres eran tan* apuestas, cada uno* tomó de aquellas* quál quiso, e después que se ayuntaron con ellas*, naçieron dellas gigantes, omnes muy grandes e muy
fuertes e muy apuestos:
así* fueron todos *
corronpidos por carnalidat, que* dixo Dios que le pesava mucho, por que avía fecho los omnes* e que los* quería destruýr por muchas maliçias* que avía en ellos,
e señaladamente* por que eran muy carnales, et mandó fazer a Noe* una arca en que se salvase él con sus tres fijos* e con* sus mugeres, ca a él solo* falló Dios por bueno en toda la tierra, et por estos pecados que venían* todos por ocasión de fermosura e de fortaleza e de
sanidad de los cuerpos, destruyó Dios todo e mundo por el* diluvio, e solas estas ochos almas se salvaron.
Otro exenplo ay en el libro de los fechos* de Sanson*, que fue muy Rezio e muy apuesto sin mesura, tanto que* lidiava él solo con los
Filisteos*; e un día mató mill omnes con
una quixada de asno, e otras vegadas él solo los vençió e mató
muchos dellos sin cuenta. Et dize allý que una vez tomó* trezientos Raposos e atóles estopas* a las colas, e ençendió las estopas*, e echólos por las mieses que estavan secas, e quemógelas
todas, e quando ellos *sallieron a él, mató muchos dellos,
e tornóse* en salvo. E por ocasión desta* Reziedunbre, vino a ser mal andante, ca tomó en una* çibdat de los
Filisteos una barragana muy fermosa que* dizían Dalida*, e ésta lo engañó, ca sopo dél con engaño do tenía* la fuerça, e él commo mezquino*
díxole* que la avía en una çerda de la cabeça*, e ella, quando lo vido adormido en su Regaço, tajógela* con unas tyseras, e llamó a sus enemigos*, e ellos vinieron e sacaronle* los ojos, ca*
avía perdido la fuerça*, e non se pudo defender dellos, e tomaron le e traxieron* le por las plaças, e fazían muy grand escarnio dél, ca le
fazían moler e levar cargar a cuestas, así como a* bestia.
Otros* exenplos ay*
de la fermosura, que muchos fueron mal andantes e perdidos por
ella; onde cuenta en el segundo libro de los Reyes que la
fermosura fue ocaçión a Absalon de* ser mal andante, ca* era tan fermoso, segund que dize en el xiiiiº capítulo,
que los sus cabellos preçiavan las mugeres más que oro;ca una vez en el año cortava los cabellos que
le creçían mucho e le agraviavan, et valía la
cordonadura çinco sueldo, o çinco doblas de oro*, e tanto* se enloçaneçió*
con* su fermosura que fizo conspiraçión e levantóse contra su
padre el rrey
David para le tirar el rregno, et
desonrró a sus madrastras mugeres de su padre* e vino con grandes conpañas a Ierhusalén contra su padre, e fizolo foýr de la
çibdat. E después sallió* en pos dél, cuydando lo matar.
E*
el Rey David, commo era muy
fuerte e muy aprovado en las armas, vino contra él, e mandó a Joab*, prínçipe de la cavallería, que saliese a lidiar con él,
e que lo prisiese*, mas non los matase, e Joab* pasó el mandamiento de Davit e fallólo do yva, fuyendo de la fazienda,
enforcado de los cabellos en un rrobre, e vino a él e metióle
tres lanças por el coraçón, e así murió mala muerte e
desonrrada.
Otros exenplos ay muchos en la Scriptura*, de los quales *
pasamos brevemente, poniendo pocos
dellos.
El uno es de Digna fija de Jacob, que era donzella muy fermosa*, e* sallió a las plaças a mostrar* su fermosura, e esto le fue ocasión de perder su virginidat e ser* mal andante.
Otro exenplo ay de Tamar, fija del Rey Davit, que fue muy apuesta, segund que cuenta en
el segundo libro de los Reyes, e por que se ençerró en una cámara sola con su hermano
Amón*, fuele ocasión de perder su
virginidat*, e por esta Razón lo mató su hermano Absalón por la desonrra que
fiziera a su hermana.
Et otros exenplos ay muchos; por el
contrario de* las vidas de los santos, de cómmo muchos despreçiaron
estas onrras* corporales por aver la bien andança perdurable, así commo
Santa Catalina, que
ovo grand apostura e grand nobleza e grand sabiduría, e muy grand
riqueza*, ca era fija del Rey
Casto*, Señor de Greçia, e dixo al enperador Masençio que todas estas cosas despreçiava ella, por el
amor de Dios que* dixo por el profeta: «et* yo destruyré la sabiduría de los sabios, e desataré la podençia e la artería de
los engañosos* e la fortaleza de los fuertes del mundo: yo la denostaré* e la porné por el suelo*» .
Chapitre 12
Capítulo xii, en quál manera los Reyes deven
poner su buena andança en obras de sabiduría*.
En el xii capítulo,
muestra en quál manera los Reyes deven poner su bien andança
en obras de sabiduría,*
conviene de notar que la buena andança non se deve
poner en las fuerças nin en los poderíos del alma*, ca tan bién los buenos commo los malos parteçipan en estos
poderes sobre dichos. Nin se deve poner en las virtudes,
ca* el que ha virtudes e non obra segund ellas semeja al que
duerme: et mientra los omnes duermen, non se *
departen los bien andantes* de los mezquinos*, segund* que dize el filósofo en el primero* de las Éticas.
E dende concluye* que se deve poner* en obra de virtud acabada, ca bien andança es obra del alma que salle de virtud acabada,
segund que allí dize,
e çierto* es que virtud acabada en la vida política es prudençia*, et en la contenplatyva*, virtud acabada es sabiduría* para contenplar en Dios, así commo es la metafísica* e theología; e de aquí* concluye que dos son las bien andanças, una política e çevil*, e la otra contenplatyva e çelestial*. De la primera, fabla en el* primero de las Éticas*, e de la segunda en el x*, e esta opinión del filósofo llégase mucho a la verdad, ca
aquél es bien andante en este mundo, que sabe bien governar a sí e a
los otros segund la virtud de prudençia; e aquél es bien andante en
esta vida por esperança* e en la otra de* fecho que sabe bien contenplar en Dios e obrar segund los sus
mandamientos.
Onde en solo Dios deve el Rey* e todo omne poner su bien andança e toda su esperança*, e esto por tres Razones*. La primera, por que el Rey* es omne, e ha uso de Razón, e por ende su bien andança deve
poner en bien de Razón e en bien de común e general, e çierto es que
Dios es bien de Razón e bien muy intelegible, ca es bien
de todos los bienes *
en que se ençierran* todas las bondades; et por ende, en él deve ser puesta la bien andança e toda la nuestra
esperança*. La segund Razón es por que el Rey es espeçialmente* menistro de Dios,
et todo ministro de Dios deve esperar*
toda* su merçed e su bien andança de nuestro Señor Dios. La terçera, por que el Rey es gobernador del pueblo, e por
ende deve entender en el bien común del pueblo, e este tal bien es
divinal, e por ende en él deve el Rey poner su bien andança, e este bien* averá
quand bien governare su pueblo, amare a Dios
sobre todas las cosas e guardare los sus
mandamientos, e los fiziere bien guardar a
sus súbditos.
Glose au chapitre 12
Et aquí conviene de notar lo que dize en el vº libro de la Çibdat de Dios,
fablando de* la bien andança de los buenos prínçipes cristianos, do dize
que nós non dezimos nin devemos dezir que algunos enperadores
cristianos por eso fueron bien andantes, o por que Regnaron
prolongadamente, o por que después de sus días dexaron fijos* enperadores, o por que domaron* los enemigos de la comunidat, o por que abaxaron los enemigos
çibdadanos que se levantaron contra ellos; ca todas estas cosas
ovieron algunos enperadores que adoravan los ýdolos, los quales non
perteneçían* al Reyno de Dios así commo los fieles cristianos. E esto fizo
la misericordia de Dios, por que aquellos que en él creen non desean
los ynperios nin los Reynados así commo muy grandes bienes; mas
dezimos que son bien andantes los Reyes* e los enperadores que Renan dignamente, e si entre las lenguas* de los que los onrran mucho* e entre los serviçios de los que los mucho sirven non se
levantan por sobervia, mas acuérdanse* que son omnes e el su poderío ordenan para ensanchar en* el serviçio de Dios e para servir a la su magestad; si aman a Dios e le temen e le onrran*, e si aman más el Reyno de Dios - donde non temen de aver
enbargo - que los sus Reynos; sy tarde se vengan e ligeramente
perdonan, si la justiçia que fazen solamente la fazen por menester
de governar e de defender la comunidat, e non por aborrençia nin por mal querençia*
de aver vengança* de sus enemigos; sy el perdón que fazen non lo fazen por desanparar* la ygualdat de
la justiçia, mas por esperança de correçión*, si aquellos a quien castigan asperamente después los
consuelan con blandura de misiricordia e
con largeza* de benefiçios, e si la loxuria es en ellos tanto más castigada*
quanto* ellos son más francos e han* mayor ocasión* de pecar que los otros; si más quisieren apoderarse sobre las
malas cobdiçias que sobre las malas gentes.
Et si estas cosas todas ellos fazen non por alabança de vana* gloria mas *
por amor de bien andança perdurable, si por sus pecados fazen
muchos sacrefiçios a Dios de oraçión* e de humildat et de misiricordia e de* muchas limosnas a los pobres por amor de Dios, tales
enperadores cristianos dezímosnos que son* bien andantes, aquí por esperança, e después por fecho* en el Reyno de Dios: todo esto dize , do conplidamente et
ordenadamente e acabadamente cuenta todas las cosas que son
neçesarias a los prínçipes. Et eso mesmo faze el tractado* que fizo
de las doze abusiones, enformando los prínçipes do dize que el seys grado de abusión es señor sin
virtud, por que non aprovecha nada aver* poderío de enseñorear, si el señor non oviere fuerça de virtud*. E dize más, que tres cosas son menester* al señor: conviene de saber, temor, e amor, e ordenamiento
bueno. Ca si el señor non fuere amado e temido*, non puede*
mucho durar* el su ordenamiento; et por ende por benefiçios e por
amistança e por buenas maneras deve procurar que sea amado del
pueblo, e por justiçia e por derecho: vengança*
non deve tomar de su injuria, mas de la ley
de Dios si estudiare de* ser temido, e entre todo esto mientre que todos* tienen mientes a él, él deve tener mientes a Dios que le
estableçió en el señorío e que le confirmó en él así commo a más fuerte*
cosa* para levar la mayor carga.
Et pone exenplo* en el palo, si* non fuere* bien fincado e firmemente atado
a otra cosa más fuerte, todo aquello que en él estudiere colgado
luego caerá, e con él toda la carga se derribará a tierra*: bien así el prínçipe si se non llegare a Dios
firmemente, él e todos aquellos que consienten con él ayna* pereçerán.
E allí pone muchos buenos exenplos de los que* se llegaron a Dios así commo Muysé e David,
e de muchos malos, los quales por que se partieron de Dios luego
pereçieron ellos e sus Reynados.
Chapitre 13
Capítulo xiii, quel galardón del Rey que bien govierna
su Reyno es grande.*
En el xiii capítulo,
demuestra que grande es el gualardón del Rey que bien
govierna su pueblo.*
Conviene de notar que esto prueva por çinco
razones. * La primera se toma de parte de Dios, que es galardonador de
todos los bienes e de todos aquellos que le quieren semejar: entre todos* los omnes, el Rey deve más semejar a Dios*, por que espeçialmente trae en sí la ymagen de Dios en
governar el pueblo, así commo Dios* govierna el mundo todo*. Et por ende, si bien e derechamente govierna su pueblo*, muy grand galardón Reçibe de Dios. La segunda razón se toma de parte del Rey que ha mayor poder
para* fazer mal, más* que otro ninguno: por ende* si dexa de fazer mal e faze bien, es le más de gradeçer* que a otro ninguno. La terçera Razón se toma de parte de las obras que faze, ca* toda obra es buena *e virtuosa si es fecha natural* e segund orden de Razón, e la natura e la Razón muestran que
toda la parte* se deve poner a peligro* por salvar el su pueblo*; et por ende, si el Rey se pone a travajo e a
peligro de su cuerpo por salvar su pueblo, mereçe aver grand
gualardón de Dios. La quarta Razón se toma de parte de la virtud, por que
meresçe aver gualardón, ca do mayor es *
la virtud, mayor deve seer el galardón, et çierto es que mayor virtud es menester* para governar un Reyno que para governar una çibdat o una
casa o una persona; e por ende si bien govierna el Rey su Reyno e segunt virtud*, grand bien andança e merçed* Reçibirá de Dios por ello. La quinta razón se toma de parte de la materia en quel rey
obra: et aquella materia es de tener sienpre mientes a bien* e amar el bien e desamar el mal. Et çierto es que mayor es el
bien común et más divinal que ningúnd bien
personal*; et por ende si el Rey más ama el bien del Reyno todo que el
bien de ninguna* persona singular, e más faze por ello, grand gualardón e gran
gloria rescibirá de Dios por ello.
Glose au chapitre 13
Mas aquí conviene de notar lo que dize en el terçero libro que
escrivió a Iohán
Gristostomo*, do* dize que grande es el mereçimiento* de los Reyes que bien sirven a Dios, e grand gualardón averán
por ello*. Et dizen* que en esto sirven los Reyes a Dios, si en los Reynos suyos
mandaren los bienes e bedaren los males, non tan* solamente aquellas cosas* que perteneçen a la conpañía de los omnes, ca es aún* en aquellas* que pertenesçen a la Religión de Dios, nin crean los Reyes
que son tomados para folgura* de los coraçones nin de los cuerpos, mas con grand cuydado e
por grand travajo si bien*
quisieren* fazer sus ofiçios.
Et desto ay muy buenos exenplos: et el primero
es del enperador Costantyno, que* después que fue convertydo, fue muy bueno* e muy birtuoso, e ensanchó mucho el serviçio* de Dios; onde cuenta en el primero libro de la Estoria
Tríptica que en sueños vido el signo de la cruz en el çielo, e
los ángeles estantes çerca della que le dixieron*
«¡O Constantyno,* con esta señal vençerás!» .
Entonçe* mandó traer la señal* de la cruz ante sí*, e ponía la* sienpre ante la su faz*, et mandó que la su seña bitorial, que la llamavan seña
de trabajos, que la figurasen en* signo de cruz, e la levasen
sienpre ante la*
faz*. Et en el xi libro* de la Estoria Esclesiástica*, xiii capítulo*, do dize que la su mano diestra traýa sienpre una señal
de cruz fecha de oro. E en cómmo ensancho mucho*
en el* serviçio de Dios, cuéntalo el primero libro* de la Estoria Tríptica*, do dize que en la su cámara mandó* fazer un oratorio e un tabernáculo de madera, a semejança
de iglesia*, por que lo pudiesen levar en la hueste e en el camino e que sienpre oyese
misa*. E levava* consigo muchos clérigos, saçerdotes e diáconos, que
pudiesen conplir el serviçio de Dios, segund sus órdenes. E
los cavalleros Romanos
en cada uno de sus Reales fizieron tabernáculos* e avían sus clérigos et sus* diáconos que les cantasen las oras. Et mandó el
enperador* que en el domingo çesasen todos los juyzios e todos los
pleitos, e que solamente* se ocupasen en oraçiones*; e puso ley* que la cruz non fuese dada a ninguno en tormento: -ante* usavan de forcar*
en ella los ladrones*. Et allí cuenta muchas cosas maravillosas que fizo ende* Jeshú Cristo, e le dio su gualardón* en la vida. Ca sienpre fue*
bien aventurado* en las batallas, et después que ovo vençido todas las batallas*, queriendo dar graçias a Dios, sienpre encreçentava en él su serviçio*, e creçía* todavía más en Religión, e fue mucho* omildoso e muy devoto*: a éste devían semejar los fieles prínçipes*.
Otro exenplo ay de Theodosio
el enperador*, del que cuenta en el primero libro* de la Estoria Tripartita*, do dize que una vegada en la çibdat de Thesalonia, el pueblo
apedreó dos juezes del enperador sobre
dicho, e él* con muy grand saña, ante que
oyese cómmo fuera e porqué*, mandólos matar a todos, e mataron* siete mill en un día. Et Sant
Anbrosio, quando oyó esta mortandad* fecha syn juyzio, acaesçió que el enperador vino a Milano, onde *
era* obispo, e un día de grand fiesta, vino el enperador a la eglesia a oýr
las oras, e allí*
el Santo obispo salló
fuera de la puerta*, e vedó al enperador que non entrase*, diziéndole*: «Enperador, non sabes quánta mortandad has fecho,
e quanta synRazón, ca aun las tus manos destellan sangre. ¿E
sobre todo esto vienes con grand presunçión a ensuziar la
eglesia? ¡O*, por abentura, non te dexará* el poderío conoçer tu pecado!
Enpero la Razón vençerá el poderío, ca omne eres e ayna te
has de tornar en polvo, e eres mortal así commo todos los
omnes, e uno es el señor de todos, que * ha de judgar con ellos. ¿Con los* quales ojos puedesamar*
al tu Rey* e al tu criador, e con quáles pies puedes* entrar en el Su Santo Tenplo, e quáles mano cuydas* estender a Dios, que aun destellan* sangre, e cómmo Reçibes* el su cuerpo en el tuyo tan suzio? ¡Vete, vete, ca* non entrarás acá!» . Allí lo descomulgó, e el* enperador, con muy grand vergüença, tornóse e ençerróse
en una cámara, e començó de fazer muy grand penetençia, e ayunar
su pecado
e nunca sallió de una cámara, llorando
su pecado*. Et allí vino un prínçipe que le dezían Rrufino, e entró a él, e dixo*: «¿Qué es esto, enperador, o* cómmo estás así?»
Et el enperador Respondío*: «Non sabes* tú mi mal, que la eglesia que es común a todos,
buenos e malos, está a mí çerrada e vedada* por los mis pecados. Et sobre todo *, Dios tiéneme çerrado el çielo, que* por la mi maldat non quiere* llover sobre la tierra» . Allí dixo Rrufino: «Si tienes por bien
enperador*
yo yré Rogar* a
que suelte la descomunión, e te* asuelva e te* mande entrar en la eglesia» .
Et* dixo el enperador: «Bien sé yo que sentençia
derecha dio, e non la soltará por cosa que en el mundo sea,
ca non teme sino a solo Dios*, nin faría nada por temor de omne» . E él dixo:
«Yré a provarlo» . E él dixo*: «Be» ; e fue
Rrufino a Sant Anbrosio, e pidióle por merçed* que le soltase* la sentençia, e él non la quiso soltar, ante lo *
denostó porque vinía con grand* presunçión. E el
enperador dixo: «Yo*
quiero yr* a oýr estos denuestos en mi persona» . Et vino
fasta la eglesia, e sallió a él Sant
Anbrosio, e díxole*: «Vienes a añader* el segundo pecado al primero: non entres* en la eglesia fasta que muestres* señal de penitençia» . E el enperador dixo: «Tuyo es
de ordenarme* la penitençia, e mío* de Reçebirla: manda lo que quisieres, que* yo lo conpliré» . Et dixo Sant
Anbrosio: «Porque diste sentença cruel,
arrebatadamente*, syn discriçión e syn juyzio, dígote que fagas ley
que toda sentençia de muerte, que esté treynta días escripta
ante que sea llegada* a esecuçión, e en estos treynta días, sea esaminada si es derecha, et
después que fuere fallada por derecha*, sea conplida» . Dixo el enperador:
«Téngolo por bien» , e
mandóla* luego escrevir*, e asolviólo luego de la escomunión, e entró en la
eglesia, e echóse tendido, llorando, e
finchió todas las vistiduras rreales de lágrimas e el suelo do
estava, e mostró tan grand devoçión* qual non podía* omne dezir; e mandóle fazer otra ley en departimiento
de las leyes* a los clérigos, e fízola luego.
Et cuenta* allí muchas cosas buenas que fizo allí*
este devoto
enperador, e de la devoçión del
dicho Constantino, e desto* cómmo le* Dios Respondió en la vida e en la muerte,*
cuenta Sant Agostín en el
quinto libro de la Çibdat de Dios, de Constantyno. Et dize que tovo el inperio de Roma muy* luego tienpo e governó el mundo muy bien, et
defendió mucho el ynperio. E dize más, que en las batallas fue muy virtuoso* e apremió mucho a los tiranos*, e fue en todo bien guyado, e después que fue viejo e de
muchos días murió* muy buena muerte, e dexó fijos enperadores.
De la* bien andança que Dios dio* a Theodosio cuenta
allí en el capítulo xxvi en quál manera vençió sus enemigos.
Ca la una vegada* vinieron sus enemigos, e ocuparon* las tierras*, e tenían las fortalezas, e quando *
lo supieron los sus* cavalleros, foyeron todos*, e él toda una
noche estudo velando*
e en oraçión*, demandando* ayuda a Dios, e en* la mañana metióse en* la fazienda así commo si todos los suyos*
lo* siguiesen; et los enemigos* començaron a lançar dardos et saetas e lanças, e enbió
Dios un viento tan Rezio
que tomava todas las saetas e las armas*
e tornávalas a* los enemigos, e matávalos con ellas: así* los vençió con el poder de
Dios.
Dó dize
que así ayuda a los buenos
Reyes, ensalçándolos* e onrrándolos en este mundo, e después glorificándolos en el
otro.
Otros exenplos ay muchos de otros Reyes, mas destos pusimos exenplo*, e* de los otros pasamos en silençio por breviedat*.
Table des matières
Premier livre, première partie
-
El capítolo* primero es quál es la manera que devemos tener en este libro
del governamiento de los prínçipes.
- El segundo quál es la orden de las cosas que en él es de
dezir.
- El terçero quánto es el provecho de lo que en él se
dirá.
- Lo quarto quántas son las maneras de bevir e en quál manera
en ellas ha de seer la feliçidat e la bien andança.
- El quinto que mucho conviene a la Real magestat conosçere la
su fyn quál es e la su bien abenturança.
- El sesto que non conviene a la Real magestad poner la su
feliçidat e la su bien andança en
deletaçiones corporales.
- El sétymo que non deve poner esta bien andança en las
riquezas tenporales.
- El otavo que non les conviene de poner esta bien andança en
las onrras mundanales.
- El noveno que non les conviene aún de poner esta bien andança
en la vana gloria nin en la fama del* mundo.
- El déçimo que non les conviene de la poner* en poderío çevil.
- El onzeno que non la deve poner en fortaleza nin en fermozura
de cuerpo nin otro bien corporal.
- El doze* capítulo en quál manera es de poner esta bien andança en el
amor de Dios e en obras de sabiduría, que es Razón derecha de todas
las cosas que fiziere e* dixiere e obrare.
- El trezeno* capítulo quán grande es el galardón que avrá el buen Rey que
bien governare el su Reyno e el su pueblo que le es acomendado*.