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Incunable (Séville, 1494). (Z).
Ms. 2097 de la Bibliothèque générale de Salamanque. (J).
Ms. II/215 de la Biblioteca Real (G).

Texte

Inc/901 (1494)

[fol. ccxx recto]
Capiítulo .x. en que demueſstra
que coſsa prouvechoſsa es leuvar ſse
ñas pendones en las hueſstes: E
eſstableſscer cabdillos mayoraleſs
quales deuven ſser los que hãan de[col. B]
leuvar las ſseñas los pendones: 
quales los cabdillos mayrora
les.


En quatro coſsas eſsta la ſsen
tencia deſste capiítulo. ⁋La
primera es que las ſseñales
los pendones: Son muy
meneſster en las Faziendas
porque non anden confondidas nin de
ſsterradas las compañias de la hueſste.
Ca conuviene que ayan ſseñales ciertas ca
da vuna de las conpañas: porque ſsy ſse arre
draſsen por algund acaeſscimiento ſsepan
tornar aſsu haz. E porende loſs ſsabios an
tiguos ordenaron que la hueſste fueſse de
partida en conpañas en hazes:  a ca
da vunas fueſsen dadas ſsus ſseñales ſsus
pendones: porque fueſsen mas ayuntadas:
mejorſse ayudaſsen. ⁋Lo ſsegundo es
meneſster de eſstableſscer cabdilloſs çentu
riones mayorales en la hueste: porque
ande bien ordenada. Ca tal eſs la hueſste
como vun cuerpo natural. E aſsi como en
el cuerpo natural los mienbroſs ſse ayudãan
ſse defienden los vunos; alos otros: E aſsy
como los mienbroſs ſse gouviernãan todoſs por
la cabeça en que ſson todos los ſseſsos.aſsi loſs
lidiadores ſse deuven gouvernar por ſsus cab
dillos que ſson aſsy como cabeças. E poren
de los antiguos ordenaron que en toda la
batalla ouvieſse algunos cabdillos que ſstu
uieſsen ſsobre toda la hueſste: aquiíen todoſs
obedeſscieſsen:  ſso eſstos ponia çenturiõoneſs
que erãan ſseñores de çien cauvalleros. E ſso loſs
çenturiones ponia deanes que erãan ſseñiores
de diez cauvalleros.aſsy que el çenturiõon auvia
ſso ſsy diez deanes cada dean auvia ſso ſsy
diez lidiadores. E en el yelmo o en la ſseña
del çenturiõon eſscriuviãan algũunas letras o al
gũunas ſsobre ſseñales: por que cada vunos; li
diadores conoſscieſsen aſsus ſseñores aquiíen
auviãan de ſseruir. E eſso meſsmo faziãan en el yel
mo o en el pendõon del dean porque lo cono
çieſsen los ſsuyos. E eſsto tãanbien lo faziãan en
las hazes de los peones como de los ca[fol. ccxxxi]
ualleros: porque nõon ſse ꝑdieſsen nin anduuvie
ſsen deſsordenados en la fazienda. ⁋Lo
tercero, cõonuviene de ſseñalar cauvalleros eſs
tremados que lieuven las ſseñas en las fazien
das. E eſstos deuven ſser eſscogidos entre to
dos los otros: aſsy que ſseãan fuertes de cuer
po rezios de coraçon fieles al Rey o
al priíncipe prouvados en las armas:
que ayan todas aquellas condiciones que
perteneçen a buen lidiador. Ca quebran
tada la ſseña toda la hueſste es confundi
da. Onde cuenta eſste doctor que en el ſsu tien
po fue vencido todo el pueblo de vuna cib
dad de muy pocos cauvalleros porque el al
ferez fue muy malo aſscondio la ſseñia. E
aſsy non ſsabiendo aquiíen auvian de tener
mientes: fuerõon vencidos todos. E poren
de deuve ſser muy eſscogido el alferez o el que
lieuva la ſseña o el pendon. Lo quarto,
los cabdillos los mayorales de las fa
ziendas deuven ſser muy fuertes muy re
zios muy ſsabios en las armas muy
eſscogidos entre todos los otros en ma
nera q ayan todas las condiciones que de
ſsuſso poſsimos porque ſsepan guiar las hue
ſstes enſseñar los lidiadores como deuven
eſstar en la batalla:  como han de lidiar
porque ayãan victoria.

Mas aquií conuviene
de notar lo que dize valerio maximo en
el ſsegũundo libro. Do dize que los priíncipes
antiguos ordenaron: que los cauvalleros o
quales quier lidiadores que ſsin mãandami en
to del priíncipe acometieſsen la batalla que
murieſsen por ello fueſsen castigados en
manera que ſsienpre lo ſsentieſsen. E pone
allií muchos enxenplos.

El primero eſs
del priíncipe torcato que mãando matar a
ſsu fijo porque acometio la fazienda ſsyn
ſsu mandamiento ſsin lo fazer ſsaber a el
a toda la hueſste. Maguer el ouvo vic
toria de los enemigos. Enpero porque to
da la hueſste pereſsciera:ſsy el fuera venci
do. Judgo el padre que murieſse por ello
Ca mejor era al padre: de perder a fuer
te fijo buen cauvallero que perder la ſsa[col. B]
biduria de la lid o poner todo el pueblo
la tierra en peligro . E allií cuenta mu
chos castigos marauvilloſsos que fuerõon
fechos alos cauvalleros que deſsanpararõon el
cãanpo eſstãando armados o de los que fuyerõon
deſsanparõon la hueſste. E põone los castigos
que faziãan en ellos. ca o los mãandauãan açotar
deſsnudos cõon minbres verdes: o ſsy tal era el
daño mãandauva los matar: aſsi como a ene
migoſs. E ſsegũun que era el exceſsſso el mal aſsi
les dauva la pena. Ca alas vezeſs les tira
uan las faziendas:  alas vezes les tira
uan las tierras: alas vezes los priuva
uan de las gracias de los priuvilegios de
la cauvalleria. Onde cuenta vVegecio en el
libro de la cauvalleria que a algũunas legiõones
porque fuyeron de las faziendaſs no lidia
ron como deuviãan. mãandarõon los ſsenadores
que fueſsſsen deſsterrados echados dela
tierra por ſsiete años. E dierõon les en peni
tencia: que en todos aquellos ſsiete años:
nõon comieſsen ſsi nõon pan de ordio:  nõon be
uieſsen vino ſsi non agua. E fueron aque
ſstos deſsterrados: mas de quinze mill ca
ualleros. E eſsto fizieron: segũund que dize
valerio porque aprendieſsen ſser buenos to
maſsen virtudes para vençer los enemigos.
E deſspueés que eſstos ouvierõon cõonplido ſsu pe
nitencia:ſsalieron tan fuertes cauvalleros
que en el mundo non ouvo mejores pocos
dellos vencian a muchos mãandauãan los
ſsienpre poner en comienço de las hazes
donde fuyerãan: porque allií moſstraſsſsen queles
auviãan de ſser .

Otro enxenplo pone de çelãan
dio cabdillo noble de los griegos: que fizo
pregonar en toda la hueſste que todo cauva
llero que deſsanparaſse ſsu lugar en la hueſste
q fueſse publico enemigo del emperador.
Ca dezia que maſs auvia de temer el cauvalle
ro aſsu ſseñor: que alos enemigos. E dize
mas vVegecio que todo cauvallero menos de
ue temer muerte dubdoſsa: donde puede
eſscapar: aſsy como conteſsce en la fazienda
que eſscapar con deſsonrra o reſscebir mu
erte:o pena del priíncipe deſsonrrada. 

 lo[fol. 232v]
tercero pone enxenplo de la firmeza de los
cauvalleros Romanos que con ſsu bondad
ſsubjudgaron a toda ytalia al inperio de
roma muy grandes cibdades muchos
reyes muy fuertes muy brauvas gen
tes muy eſstrañas: de que dize policra
to en el ſseſsto libro al ſsegundo capiítulo.
Ca la ſsabiduriía de las armas el vſso 
la fieldad que auvian los cauvalleros Ro
manos aſsu cibdad: los fizieron ſser vence
dores de todas las gentes. ⁋E mientra
guardaron eſstas condiciones ſsienpre fue
ron ſseñores:  quando las perdieron lue
go fueron ſsubjudgados ſsieruos . On
de policrato en el libro ſsobre dicho dize:
que tres razones auviãan para castigar los
malos. Ca o los castigauvan: porque ſse
emendaſsen fueſsen mejores:  porque nõon
menoſspreciaſsen la justicia. Aſsy que el que
mal fazia ouvieſse ſsu pena o que por temor
de pena fueſsſsen buenos eſscuſsaſsen toda
torpedad.
Ms. 2097 (< 19 août 1434)

ca°capítulo x°, do muestra que cosa provechosa es levar señas e pendones en las huestes, e caudillos e mayorales; e quáles deven ser los que han de levar las señas e los pendones, e quáles los caudillos e mayorales.

En quatro cosas está la sentençia deste capítulo32. La primera es que las señas e los pendones son muy menester en las faziendas, por que non anden confondidas, nin desterradas las conpañas de la hueste. Ca conviene que ayan señales çiertas cada unas de las conpañas, por que si se adrassen [sic] por algunt acaecimiento, sepan tornar a su haz. E por ende, los sabios antiguos ordenaron que la hueste fuesse[col. B]departida en conpañas e en hazes, e a cada unas fuesen dadas sus señales e sus pendones, por que fuessen más ayuntadas e mejor se ayudassen. Lo ii°, es menester de estableçer caudillos e çenturiones e mayorales en la hueste, por que toda la hueste ande bien ordenada. Ca tal es la hueste commo un cuerpo natural: así commo en el cuerpo natural los mienbros se ayudan e se defienden los unos a los otros. E así commo los mienbros se goviernan todos por la cabeça en que son todos los sesos, así los lidiadores se deven governar por sus caudillos que son así commo cabeças. E por ende, los antiguos ordenaron que en toda la batalla oviesse algunos caudillos que estoviessen sobre toda la hueste, a quién todos obedeçiessen. E so éstos poníen centurios que eran señores de çient cavalleros; e so los centuriones, ponían deanes, que eran señores de diez cavalleros:[fol. 411r]así que el centurio avía so diez deanes, e cada deán avía so diez lidiadores. E en el yelmo o en la seña del çenturión, escrivían algunas letras o algunas sobreseñales, por que cada unos lidiadores conoçiessen a sus señores, a quién avían de servir. E esso mesmo fazían en el yelmo o en el pendón del deán, por que le conoçiessen los suyos; e esto tan bien lo fazían en las azes de los peones, commo de los cavalleros, por que non se perdiessen nin andoviessen desordenados en la fazienda. Lo iii°, conviene de señalar cavalleros estremados que lieven las señales en las faziendas, e éstos deven ser escogidos entre todos los otros, así que sean fuertes de cuerpos, e rezios de coraçón, e fieles al rey o al prínçipe, e provados en las armas, e que ayan todas aquellas condiçiones que perteneçen a buen lidiador. Ca quebrantada la señal, toda la hueste es confondida: onde cuenta este doctor que en el su tienpo, fue vençido[col. B] todo el pueblo de una çibdat de muy pocos cavalleros, por que el alferés fue muy malo, e ¿ ascondió? . E así, non sabiendo a quién avían de tener mientes, fueron vençidos todos. E por ende, deve ser muy escogido el alferéz o el que lieva la seña o el pendón. Lo iiii°, los caudillos e los mayorales de las faziendas deven ser muy fuertes e muy rezios e muy sabios en las armas, e muy escogidos entre todos los otros, en manera que ayan todas las condiçiones que de suso posimos, por que sepan guíar las huestes e enseñar los lidiadores commo deven estar en la batalla, e commo han de lidiar por que ayan victoria.
Mas aquí conviene de notar lo que dize Valerio Máximo en el ii° libro; do dize que los prínçipes antiguos ordenardon que los cavalleros o quales quier lidiadores, que sin mandamiento del prínçipe acometiessen la batalla, que mueriessen por ello, e fuessen castigados, en manera que sienpre lo sintiessen. E pone allý muchos enxenplos.
El primero es del prínçipe torcato, que mandó matar a su fijo por que acometió la fazienda sin su mandado, o mandamiento, e syn[fol. 411v]lo fazer saber a él e a toda la hueste, maguera él ovo victoria de los enemigos; enpero, por que toda la hueste pereçiera si él fuera vençido, judgó el padre que muriesse por ello: ca mejor era al padre de perder a fuerte fijo e buen cavallero, que perder la sabiduría de la lid, o poner todo el pueblo e la tierra en peligro. E allí cuenta muchos castigos e maravillosos que fueron fechos a los cavalleros que desanpararon el canpo, estando armados o de los que fuyeron e desanpararon la hueste. E pone los castigos que fazían en ellos, ca o los mandava açotar desnudos con minbres verdes, o si tal era el dapño, mandava los matar, así commo a enemigos. E segunt que era el excesso e el mal, así les davan la pena. Ca a las vezes les tiravan las faziendas e a las ve[col. B]zes les tiravan las tierras, e a las vezes los privavan de las graçias e de los privilegios de la cavallería. Onde cuenta Vegeçio en el iiii° libro de la cavallería que a algunas legiones, por que fuyeron de las faziendas e non lidiaron commo devían, mandaron los senadores que fuessen desterados e echados de la tierra por siete años. E diéronles en penitençia que en todos aquellos siete años, que non comiessen si non pan de ordio e non beviesen vino, sinon agua. E esto fizieron, segunt dize Valerio , por que aprendiessen ser buenos, e tomassen virtudes para vençer los enemigos. E después que éstos ovieron conplido su penitençia, salieron tan fuertes cavalleros que en el mundo non ovo mejores, e pocos dellos vençian a muchos, e mandava los sienpre poner en comienço delas[fol. 412r]hazes donde fuyeran, por que allí mostrasen quáles avían de ser.
Otro enxenplo pone Çelandio, caudillo noble de los griegos, que fizo pregonar por toda la hueste que todo cavallero que desanparasse su logar en la hueste que fuesse público enemigo del enperador. Ca dezía que más avía de temer el cavallero a su señor que a los enemigos: dize más Vegeçio , que todo cavallero menos deve temer muerte dubdosa donde puede escapar así commo conteçe en la fazienda, que escapar con desonrra o reçebir muerte o pena del prínçipe desonrrada.
Lo iii°, pone enxenplo de la firmeza de los cavalleros romanos, que con su bondat subjugaron a toda Ytalia al inperio de Roma muy grandes çibdades, e muchos Reyes, e muy fuertes e muy bravas gentes, e muy estrañas. De que dize Polícrato en el vi° libro, ii° capítulo: ca la sabiduría[col. B]de las armas e el uso e la fieldat que avían los cavalleros romanos a su çibdat los fizieron ser vençedores de todas las gentes. E mientra guardaron estas condiçiones, sienpre fueron señores, e quando las perdieron, fueron subjugados e siervos. Onde Polícrato en el libro sobredicho dize que tres razones avían para castigar los malos: ca o los castigavan por que se emendassen, e fuessen mejores, e por que non menospreçiassen la justiçia: así que el que mal fazía oviesse su pena; o que por temor de pena fuessen buenos e escusasen toda torpedat.
Ms. II/215 ()

Ca° do muestra que cosa provechosa es levar señas e pendones en las huestes, e estableçer cabdillos e mayorales, e quáles deven ser los que han de levar las señas e los pendones, e quáles los cabdillos e mayorales

E n quatro cosas está la sentençia deste capítulo. La primera es que las señales e los pendones son muy[col. B]menester en las faziendas, por que non anden confondidos, nin desterrados las conpañas de la hueste. Ca conviene que ayan señales çiertas cada unas de las conpañas, por que si se arredrasen por algund acaesçimiento, sepan tornar a su haz. Et por ende, los sabios antigos ordenaron que la hueste fuese departida en conpañas e en hazes e a cada unas fuesen dadas sus señales e sus pendones, por que fuesen más ayuntadas e mejor se ayudasen. Lo segundo, es menester de estableçer cabdillos e çenturiones e mayorales en la hueste, por que ande bien ordenada: ca tal es la hueste commo un cuerpo natural, e así commo en el cuerpo natural los mienbros se ayudan e se defienden los unos a los otros, et así commo los mienbros se goviernan todos por la cabeça, en que son todos los sesos, así los lidiadores deven governar por sus cabdillos que son asý commo cabeças. Et por[fol. 429r]ende, los antigos ordenaron que en toda la batalla oviese algunos cabdillos que estudiesen sobre toda la hueste a quién todos obedesçiesen. E so éstos, ponían çenturiones que eran señores de çien cavalleros, e so los çenturiones, ponían aldeanes, que eran señores de diez cavalleros: así que el çenturio avía so diez deanes e cada deán avía so diez lidiadores. Et en el yelmo o en la seña del çenturión, escrevían algunas letras, o algunas sobre sobre [sic] señales, por que cada unos lidiadores conosçiesen a sus señores a quién avían de servir. Et eso mesmo fazían en el yelmo, o en el pendón del deán por que lo conosçiesen los suyos. Et esto tanbién lo fazían en las hazes de los peones commo de los cavalleros, por que non se perdiesen, nin anduviesen desordenados en la fazienda. Lo iii°,[col. B]conviene de señalar cavalleros estremados que lieven las señas en las faziendas. Et éstos deven ser escogidos entre todos los otros, así que sean fuertes de cuerpo, e rezios de coraçón, e fieles al Rey, o al prínçipe, e provados en las armas que ayan todas aquellas condiçiones que pertenesçen a buen lidiador: ca quebrantada la seña, toda la hueste es confondida. Onde cuenta este doctor que en el su tienpo, fue vençido todo el pueblo de una çibdat de muy pocos cavalleros, por que el alferéz fue muy malo, e escondió la seña. Et así, non sabiendo a quién avían de tener mientes, fueron vençidos todos. Et por ende, deve ser muy escogido el alferéz, o el que lleva la seña, et el pendón. Lo quatro, los cabdillos e los mayores de las faziendas deven ser muy fuertes e muy rezios e muy sabios en las armas, e muy escogidos entre todos los otros, en manera que ayan todas[fol. 429v]las condiçiones que desuso posimos por que sepan guardar las huestes e enseñar los lidiadores commo deven estar en la batalla, e commo an de lidiar, por que ayan vitoria.
Mas aquí conviene notar lo que dize Valerio Máximo en el ii° libro: do dize que los prínçipes antigos ordenaron que los cavalleros o quales quier lidiadores que syn mandamiento del prínçipe acometiesen la batalla, que muriesen por ello, o fuesen castigados en manera que sienpre lo sentiesen. Et pone allí muchos enxenplos:
El primero es del prínçipe Torcato, qe mandó matar a su fijo por que acometió la fazienda syn su mandamiento, e syn lo fazer saber a él e a toda la hueste: maguer él ovo vitoria de los enemigos. Enpero, por que toda la hueste peresçiera si él fuera vençido, judgó el padre que muriese por ello. Ca mejor era al padre perde a fuerte fijo e buen cavallero, que perder la sabiduría de la lid, o poner[col. B]todo el pueblo e la tierra en peligro. Et allí cuenta muchos castigos que fueron fechos a los que desmanpararon el canpo, estando armados. Et pone los castigos que fazía en ellos. Ca o los mandavan açotar desnudos con minbres verdes, o sy tal era el dapño, mandavanlos matar, así commo a enemigos. Segund que era el eçeso [sic] e el mal, así les davan la pena. Ca a las vezes les tiravan las faziendas e a las vezes les tiravan las tierras et a las vezes los tiravan de las graçias e de los previllegios de la cavallería. Onde cuenta Vegeçio en el libro de la cavallería que algunas legiones por que fuyeron de las faziendas e non lidiaron commo devían mandaron los senadores que fuesen desterrados, e echados de la tierra, por siete años. Et diéronles en penitençia que en todos aquellos siete años, non comiesen sy non pan de ordio, et non beviesen vino sy non[fol. 430r]agua. Et fueron aquestos desterrados más de quinze mill cavalleros. Et esto fezieron segund que dize Valerio por que aprendiesen ser buenos e tomasen virtudes para vençer los enemigos. Et después que estos ovieron conplido su penitençia, salieron tan fuertes cavalleros que en el mundo non ovo mejores: e pocos dellos vençían a muchos; et mandavan los syenpre poner en comienco [sic] de las hazes donde fuyeran, por que por allí mostrasen quáles avían de ser.
Otro enxenplo pone de Çelandio, cabdillo noble de los griegos, que fizo pregonar en toda la hueste que todo cavallero que desanparase su lugar en la hueste, que fuese público enemigo del enperador. Ca dezía que más avía de temer el cavallero a su señor que a los enemigos. Et dize más Vegeçio , que todo cavallero menos deve temer muerte dubdosa donde pueda escapar, así como contesçe en la fazienda, que escapar con desonrra o rresçe muerte o pena del prínçipe desonrrada.
Lo iii°,[col. B]pone enxenplo de la firmeza de los cavalleros romanos que con su bondat sobjudgaron a toda Ytalia al inperio de RRoma muy grandes çibdades e muchos reyes e fuertes e bravas gentes, e muy estrañas, de que dize Polícrato en el vi° libro al ii° capítulo. Ca la sabiduría de las armas e el uso e la fieldat que avía en los cavalleros romanos a su çibdat los fezieron ser vençedores de todas las gentes. Et mientra guardaron estas condiçiones, sienpre fueron señores e quando las perdieron, luego furon [sic] sujudgados e siervos, onde Polícrato en el libro sobre dico dize que tres razones avía para castigar los malos. Ca o los castigavan por que se emendasen e fusen mejores, e por que non menospresciasen la justiçia, así que el que mal fazía o viese su pena, o que por temor de pena fuesen buenos e escusasen toda torpedat.
Ms. K.I.5 (< XVIè siècle)
Q3822890 Fiche non existante. À créer Ms. 482/2 (< XVè siècle)
Ms. 332/131 (XVème siècle)
Apparat:

Variance

Incunable (Séville, 1494).

En quatro coſsas eſsta la ſsen
tencia deſste capiítulo. ⁋La
primera es que las ſseñales
los pendones: Son muy
meneſster en las Faziendas
porque non anden confondidas nin de
ſsterradas las compañias de la hueſste.
Ca conuviene que ayan ſseñales ciertas ca
da vuna de las conpañas: porque ſsy ſse arre
draſsen por algund acaeſscimiento ſsepan
tornar aſsu haz. E porende loſs ſsabios an
tiguos ordenaron que la hueſste fueſse de
partida en conpañas en hazes:  a ca
da vunas fueſsen dadas ſsus ſseñales ſsus
pendones: porque fueſsen mas ayuntadas:
mejorſse ayudaſsen. ⁋Lo ſsegundo es
meneſster de eſstableſscer cabdilloſs çentu
riones mayorales en la hueste: porque
ande bien ordenada. Ca tal eſs la hueſste
como vun cuerpo natural. E aſsi como en
el cuerpo natural los mienbroſs ſse ayudãan
ſse defienden los vunos; alos otros: E aſsy
como los mienbroſs ſse gouviernãan todoſs por
la cabeça en que ſson todos los ſseſsos.aſsi loſs
lidiadores ſse deuven gouvernar por ſsus cab
dillos que ſson aſsy como cabeças. E poren
de los antiguos ordenaron que en toda la
batalla ouvieſse algunos cabdillos que ſstu
uieſsen ſsobre toda la hueſste: aquiíen todoſs
obedeſscieſsen:  ſso eſstos ponia çenturiõoneſs
que erãan ſseñores de çien cauvalleros. E ſso loſs
çenturiones ponia deanes que erãan ſseñiores
de diez cauvalleros.aſsy que el çenturiõon auvia
ſso ſsy diez deanes cada dean auvia ſso ſsy
diez lidiadores. E en el yelmo o en la ſseña
del çenturiõon eſscriuviãan algũunas letras o al
gũunas ſsobre ſseñales: por que cada vunos; li
diadores conoſscieſsen aſsus ſseñores aquiíen
auviãan de ſseruir. E eſso meſsmo faziãan en el yel
mo o en el pendõon del dean porque lo cono
çieſsen los ſsuyos. E eſsto tãanbien lo faziãan en
las hazes de los peones como de los ca[fol. ccxxxi]
ualleros: porque nõon ſse ꝑdieſsen nin anduuvie
ſsen deſsordenados en la fazienda. ⁋Lo
tercero, cõonuviene de ſseñalar cauvalleros eſs
tremados que lieuven las ſseñas en las fazien
das. E eſstos deuven ſser eſscogidos entre to
dos los otros: aſsy que ſseãan fuertes de cuer
po rezios de coraçon fieles al Rey o
al priíncipe prouvados en las armas:
que ayan todas aquellas condiciones que
perteneçen a buen lidiador. Ca quebran
tada la ſseña toda la hueſste es confundi
da. Onde cuenta eſste doctor que en el ſsu tien
po fue vencido todo el pueblo de vuna cib
dad de muy pocos cauvalleros porque el al
ferez fue muy malo aſscondio la ſseñia. E
aſsy non ſsabiendo aquiíen auvian de tener
mientes: fuerõon vencidos todos. E poren
de deuve ſser muy eſscogido el alferez o el que
lieuva la ſseña o el pendon. Lo quarto,
los cabdillos los mayorales de las fa
ziendas deuven ſser muy fuertes muy re
zios muy ſsabios en las armas muy
eſscogidos entre todos los otros en ma
nera q ayan todas las condiciones que de
ſsuſso poſsimos porque ſsepan guiar las hue
ſstes enſseñar los lidiadores como deuven
eſstar en la batalla:  como han de lidiar
porque ayãan victoria.
Incunable (Séville, 1494).
Mas aquií conuviene
de notar lo que dize valerio maximo en
el ſsegũundo libro. Do dize que los priíncipes
antiguos ordenaron: que los cauvalleros o
quales quier lidiadores que ſsin mãandami en
to del priíncipe acometieſsen la batalla que
murieſsen por ello fueſsen castigados en
manera que ſsienpre lo ſsentieſsen. E pone
allií muchos enxenplos.
Incunable (Séville, 1494).
El primero eſs
del priíncipe torcato que mãando matar a
ſsu fijo porque acometio la fazienda ſsyn
ſsu mandamiento ſsin lo fazer ſsaber a el
a toda la hueſste. Maguer el ouvo vic
toria de los enemigos. Enpero porque to
da la hueſste pereſsciera:ſsy el fuera venci
do. Judgo el padre que murieſse por ello
Ca mejor era al padre: de perder a fuer
te fijo buen cauvallero que perder la ſsa[col. B]
biduria de la lid o poner todo el pueblo
la tierra en peligro . E allií cuenta mu
chos castigos marauvilloſsos que fuerõon
fechos alos cauvalleros que deſsanpararõon el
cãanpo eſstãando armados o de los que fuyerõon
deſsanparõon la hueſste. E põone los castigos
que faziãan en ellos. ca o los mãandauãan açotar
deſsnudos cõon minbres verdes: o ſsy tal era el
daño mãandauva los matar: aſsi como a ene
migoſs. E ſsegũun que era el exceſsſso el mal aſsi
les dauva la pena. Ca alas vezeſs les tira
uan las faziendas:  alas vezes les tira
uan las tierras: alas vezes los priuva
uan de las gracias de los priuvilegios de
la cauvalleria. Onde cuenta vVegecio en el
libro de la cauvalleria que a algũunas legiõones
porque fuyeron de las faziendaſs no lidia
ron como deuviãan. mãandarõon los ſsenadores
que fueſsſsen deſsterrados echados dela
tierra por ſsiete años. E dierõon les en peni
tencia: que en todos aquellos ſsiete años:
nõon comieſsen ſsi nõon pan de ordio:  nõon be
uieſsen vino ſsi non agua. E fueron aque
ſstos deſsterrados: mas de quinze mill ca
ualleros. E eſsto fizieron: segũund que dize
valerio porque aprendieſsen ſser buenos to
maſsen virtudes para vençer los enemigos.
E deſspueés que eſstos ouvierõon cõonplido ſsu pe
nitencia:ſsalieron tan fuertes cauvalleros
que en el mundo non ouvo mejores pocos
dellos vencian a muchos mãandauãan los
ſsienpre poner en comienço de las hazes
donde fuyerãan: porque allií moſstraſsſsen queles
auviãan de ſser .
Incunable (Séville, 1494).
Otro enxenplo pone de çelãan
dio cabdillo noble de los griegos: que fizo
pregonar en toda la hueſste que todo cauva
llero que deſsanparaſse ſsu lugar en la hueſste
q fueſse publico enemigo del emperador.
Ca dezia que maſs auvia de temer el cauvalle
ro aſsu ſseñor: que alos enemigos. E dize
mas vVegecio que todo cauvallero menos de
ue temer muerte dubdoſsa: donde puede
eſscapar: aſsy como conteſsce en la fazienda
que eſscapar con deſsonrra o reſscebir mu
erte:o pena del priíncipe deſsonrrada. 
Incunable (Séville, 1494).
 lo[fol. 232v]
tercero pone enxenplo de la firmeza de los
cauvalleros Romanos que con ſsu bondad
ſsubjudgaron a toda ytalia al inperio de
roma muy grandes cibdades muchos
reyes muy fuertes muy brauvas gen
tes muy eſstrañas: de que dize policra
to en el ſseſsto libro al ſsegundo capiítulo.
Ca la ſsabiduriía de las armas el vſso 
la fieldad que auvian los cauvalleros Ro
manos aſsu cibdad: los fizieron ſser vence
dores de todas las gentes. ⁋E mientra
guardaron eſstas condiciones ſsienpre fue
ron ſseñores:  quando las perdieron lue
go fueron ſsubjudgados ſsieruos . On
de policrato en el libro ſsobre dicho dize:
que tres razones auviãan para castigar los
malos. Ca o los castigauvan: porque ſse
emendaſsen fueſsen mejores:  porque nõon
menoſspreciaſsen la justicia. Aſsy que el que
mal fazia ouvieſse ſsu pena o que por temor
de pena fueſsſsen buenos eſscuſsaſsen toda
torpedad.
Ms. 2097 de la Bibliothèque générale de Salamanque.
En quatro cosas está la sentençia deste capítulo32. La primera es que las señas e los pendones son muy menester en las faziendas, por que non anden confondidas, nin desterradas las conpañas de la hueste. Ca conviene que ayan señales çiertas cada unas de las conpañas, por que si se adrassen [sic] por algunt acaecimiento, sepan tornar a su haz. E por ende, los sabios antiguos ordenaron que la hueste fuesse[col. B]departida en conpañas e en hazes, e a cada unas fuesen dadas sus señales e sus pendones, por que fuessen más ayuntadas e mejor se ayudassen. Lo ii°, es menester de estableçer caudillos e çenturiones e mayorales en la hueste, por que toda la hueste ande bien ordenada. Ca tal es la hueste commo un cuerpo natural: así commo en el cuerpo natural los mienbros se ayudan e se defienden los unos a los otros. E así commo los mienbros se goviernan todos por la cabeça en que son todos los sesos, así los lidiadores se deven governar por sus caudillos que son así commo cabeças. E por ende, los antiguos ordenaron que en toda la batalla oviesse algunos caudillos que estoviessen sobre toda la hueste, a quién todos obedeçiessen. E so éstos poníen centurios que eran señores de çient cavalleros; e so los centuriones, ponían deanes, que eran señores de diez cavalleros:[fol. 411r]así que el centurio avía so diez deanes, e cada deán avía so diez lidiadores. E en el yelmo o en la seña del çenturión, escrivían algunas letras o algunas sobreseñales, por que cada unos lidiadores conoçiessen a sus señores, a quién avían de servir. E esso mesmo fazían en el yelmo o en el pendón del deán, por que le conoçiessen los suyos; e esto tan bien lo fazían en las azes de los peones, commo de los cavalleros, por que non se perdiessen nin andoviessen desordenados en la fazienda. Lo iii°, conviene de señalar cavalleros estremados que lieven las señales en las faziendas, e éstos deven ser escogidos entre todos los otros, así que sean fuertes de cuerpos, e rezios de coraçón, e fieles al rey o al prínçipe, e provados en las armas, e que ayan todas aquellas condiçiones que perteneçen a buen lidiador. Ca quebrantada la señal, toda la hueste es confondida: onde cuenta este doctor que en el su tienpo, fue vençido[col. B] todo el pueblo de una çibdat de muy pocos cavalleros, por que el alferés fue muy malo, e ¿ ascondió? . E así, non sabiendo a quién avían de tener mientes, fueron vençidos todos. E por ende, deve ser muy escogido el alferéz o el que lieva la seña o el pendón. Lo iiii°, los caudillos e los mayorales de las faziendas deven ser muy fuertes e muy rezios e muy sabios en las armas, e muy escogidos entre todos los otros, en manera que ayan todas las condiçiones que de suso posimos, por que sepan guíar las huestes e enseñar los lidiadores commo deven estar en la batalla, e commo han de lidiar por que ayan victoria.
Ms. 2097 de la Bibliothèque générale de Salamanque.
Mas aquí conviene de notar lo que dize Valerio Máximo en el ii° libro; do dize que los prínçipes antiguos ordenardon que los cavalleros o quales quier lidiadores, que sin mandamiento del prínçipe acometiessen la batalla, que mueriessen por ello, e fuessen castigados, en manera que sienpre lo sintiessen. E pone allý muchos enxenplos.
Ms. 2097 de la Bibliothèque générale de Salamanque.
El primero es del prínçipe torcato, que mandó matar a su fijo por que acometió la fazienda sin su mandado, o mandamiento, e syn[fol. 411v]lo fazer saber a él e a toda la hueste, maguera él ovo victoria de los enemigos; enpero, por que toda la hueste pereçiera si él fuera vençido, judgó el padre que muriesse por ello: ca mejor era al padre de perder a fuerte fijo e buen cavallero, que perder la sabiduría de la lid, o poner todo el pueblo e la tierra en peligro. E allí cuenta muchos castigos e maravillosos que fueron fechos a los cavalleros que desanpararon el canpo, estando armados o de los que fuyeron e desanpararon la hueste. E pone los castigos que fazían en ellos, ca o los mandava açotar desnudos con minbres verdes, o si tal era el dapño, mandava los matar, así commo a enemigos. E segunt que era el excesso e el mal, así les davan la pena. Ca a las vezes les tiravan las faziendas e a las ve[col. B]zes les tiravan las tierras, e a las vezes los privavan de las graçias e de los privilegios de la cavallería. Onde cuenta Vegeçio en el iiii° libro de la cavallería que a algunas legiones, por que fuyeron de las faziendas e non lidiaron commo devían, mandaron los senadores que fuessen desterados e echados de la tierra por siete años. E diéronles en penitençia que en todos aquellos siete años, que non comiessen si non pan de ordio e non beviesen vino, sinon agua. E esto fizieron, segunt dize Valerio , por que aprendiessen ser buenos, e tomassen virtudes para vençer los enemigos. E después que éstos ovieron conplido su penitençia, salieron tan fuertes cavalleros que en el mundo non ovo mejores, e pocos dellos vençian a muchos, e mandava los sienpre poner en comienço delas[fol. 412r]hazes donde fuyeran, por que allí mostrasen quáles avían de ser.
Ms. 2097 de la Bibliothèque générale de Salamanque.
Otro enxenplo pone Çelandio, caudillo noble de los griegos, que fizo pregonar por toda la hueste que todo cavallero que desanparasse su logar en la hueste que fuesse público enemigo del enperador. Ca dezía que más avía de temer el cavallero a su señor que a los enemigos: dize más Vegeçio , que todo cavallero menos deve temer muerte dubdosa donde puede escapar así commo conteçe en la fazienda, que escapar con desonrra o reçebir muerte o pena del prínçipe desonrrada.
Ms. 2097 de la Bibliothèque générale de Salamanque.
Lo iii°, pone enxenplo de la firmeza de los cavalleros romanos, que con su bondat subjugaron a toda Ytalia al inperio de Roma muy grandes çibdades, e muchos Reyes, e muy fuertes e muy bravas gentes, e muy estrañas. De que dize Polícrato en el vi° libro, ii° capítulo: ca la sabiduría[col. B]de las armas e el uso e la fieldat que avían los cavalleros romanos a su çibdat los fizieron ser vençedores de todas las gentes. E mientra guardaron estas condiçiones, sienpre fueron señores, e quando las perdieron, fueron subjugados e siervos. Onde Polícrato en el libro sobredicho dize que tres razones avían para castigar los malos: ca o los castigavan por que se emendassen, e fuessen mejores, e por que non menospreçiassen la justiçia: así que el que mal fazía oviesse su pena; o que por temor de pena fuessen buenos e escusasen toda torpedat.
Ms. II/215 de la Biblioteca Real
E n quatro cosas está la sentençia deste capítulo. La primera es que las señales e los pendones son muy[col. B]menester en las faziendas, por que non anden confondidos, nin desterrados las conpañas de la hueste. Ca conviene que ayan señales çiertas cada unas de las conpañas, por que si se arredrasen por algund acaesçimiento, sepan tornar a su haz. Et por ende, los sabios antigos ordenaron que la hueste fuese departida en conpañas e en hazes e a cada unas fuesen dadas sus señales e sus pendones, por que fuesen más ayuntadas e mejor se ayudasen. Lo segundo, es menester de estableçer cabdillos e çenturiones e mayorales en la hueste, por que ande bien ordenada: ca tal es la hueste commo un cuerpo natural, e así commo en el cuerpo natural los mienbros se ayudan e se defienden los unos a los otros, et así commo los mienbros se goviernan todos por la cabeça, en que son todos los sesos, así los lidiadores deven governar por sus cabdillos que son asý commo cabeças. Et por[fol. 429r]ende, los antigos ordenaron que en toda la batalla oviese algunos cabdillos que estudiesen sobre toda la hueste a quién todos obedesçiesen. E so éstos, ponían çenturiones que eran señores de çien cavalleros, e so los çenturiones, ponían aldeanes, que eran señores de diez cavalleros: así que el çenturio avía so diez deanes e cada deán avía so diez lidiadores. Et en el yelmo o en la seña del çenturión, escrevían algunas letras, o algunas sobre sobre [sic] señales, por que cada unos lidiadores conosçiesen a sus señores a quién avían de servir. Et eso mesmo fazían en el yelmo, o en el pendón del deán por que lo conosçiesen los suyos. Et esto tanbién lo fazían en las hazes de los peones commo de los cavalleros, por que non se perdiesen, nin anduviesen desordenados en la fazienda. Lo iii°,[col. B]conviene de señalar cavalleros estremados que lieven las señas en las faziendas. Et éstos deven ser escogidos entre todos los otros, así que sean fuertes de cuerpo, e rezios de coraçón, e fieles al Rey, o al prínçipe, e provados en las armas que ayan todas aquellas condiçiones que pertenesçen a buen lidiador: ca quebrantada la seña, toda la hueste es confondida. Onde cuenta este doctor que en el su tienpo, fue vençido todo el pueblo de una çibdat de muy pocos cavalleros, por que el alferéz fue muy malo, e escondió la seña. Et así, non sabiendo a quién avían de tener mientes, fueron vençidos todos. Et por ende, deve ser muy escogido el alferéz, o el que lleva la seña, et el pendón. Lo quatro, los cabdillos e los mayores de las faziendas deven ser muy fuertes e muy rezios e muy sabios en las armas, e muy escogidos entre todos los otros, en manera que ayan todas[fol. 429v]las condiçiones que desuso posimos por que sepan guardar las huestes e enseñar los lidiadores commo deven estar en la batalla, e commo an de lidiar, por que ayan vitoria.
Ms. II/215 de la Biblioteca Real
Mas aquí conviene notar lo que dize Valerio Máximo en el ii° libro: do dize que los prínçipes antigos ordenaron que los cavalleros o quales quier lidiadores que syn mandamiento del prínçipe acometiesen la batalla, que muriesen por ello, o fuesen castigados en manera que sienpre lo sentiesen. Et pone allí muchos enxenplos:
Ms. II/215 de la Biblioteca Real
El primero es del prínçipe Torcato, qe mandó matar a su fijo por que acometió la fazienda syn su mandamiento, e syn lo fazer saber a él e a toda la hueste: maguer él ovo vitoria de los enemigos. Enpero, por que toda la hueste peresçiera si él fuera vençido, judgó el padre que muriese por ello. Ca mejor era al padre perde a fuerte fijo e buen cavallero, que perder la sabiduría de la lid, o poner[col. B]todo el pueblo e la tierra en peligro. Et allí cuenta muchos castigos que fueron fechos a los que desmanpararon el canpo, estando armados. Et pone los castigos que fazía en ellos. Ca o los mandavan açotar desnudos con minbres verdes, o sy tal era el dapño, mandavanlos matar, así commo a enemigos. Segund que era el eçeso [sic] e el mal, así les davan la pena. Ca a las vezes les tiravan las faziendas e a las vezes les tiravan las tierras et a las vezes los tiravan de las graçias e de los previllegios de la cavallería. Onde cuenta Vegeçio en el libro de la cavallería que algunas legiones por que fuyeron de las faziendas e non lidiaron commo devían mandaron los senadores que fuesen desterrados, e echados de la tierra, por siete años. Et diéronles en penitençia que en todos aquellos siete años, non comiesen sy non pan de ordio, et non beviesen vino sy non[fol. 430r]agua. Et fueron aquestos desterrados más de quinze mill cavalleros. Et esto fezieron segund que dize Valerio por que aprendiesen ser buenos e tomasen virtudes para vençer los enemigos. Et después que estos ovieron conplido su penitençia, salieron tan fuertes cavalleros que en el mundo non ovo mejores: e pocos dellos vençían a muchos; et mandavan los syenpre poner en comienco [sic] de las hazes donde fuyeran, por que por allí mostrasen quáles avían de ser.
Ms. II/215 de la Biblioteca Real
Otro enxenplo pone de Çelandio, cabdillo noble de los griegos, que fizo pregonar en toda la hueste que todo cavallero que desanparase su lugar en la hueste, que fuese público enemigo del enperador. Ca dezía que más avía de temer el cavallero a su señor que a los enemigos. Et dize más Vegeçio , que todo cavallero menos deve temer muerte dubdosa donde pueda escapar, así como contesçe en la fazienda, que escapar con desonrra o rresçe muerte o pena del prínçipe desonrrada.
Ms. II/215 de la Biblioteca Real
Lo iii°,[col. B]pone enxenplo de la firmeza de los cavalleros romanos que con su bondat sobjudgaron a toda Ytalia al inperio de RRoma muy grandes çibdades e muchos reyes e fuertes e bravas gentes, e muy estrañas, de que dize Polícrato en el vi° libro al ii° capítulo. Ca la sabiduría de las armas e el uso e la fieldat que avía en los cavalleros romanos a su çibdat los fezieron ser vençedores de todas las gentes. Et mientra guardaron estas condiçiones, sienpre fueron señores e quando las perdieron, luego furon [sic] sujudgados e siervos, onde Polícrato en el libro sobre dico dize que tres razones avía para castigar los malos. Ca o los castigavan por que se emendasen e fusen mejores, e por que non menospresciasen la justiçia, así que el que mal fazía o viese su pena, o que por temor de pena fuesen buenos e escusasen toda torpedat.
Ms. 2097 de la Bibliothèque générale de Salamanque.
A
quií comȷiença la iiȷ̃iªiiȷ̃iª parte deſted’este ter
çero lȷibro, en que mueſstra en coómo
ſse ha de gouernar el Rregno e la çib
dat en tpõtiempo de gueɼɼrra.
Ms. 2097 de la Bibliothèque générale de Salamanque.

Capiítulo
¿ primero ? E contie
ne xxȷiȷiȷi capiítulos
Ms. K.I.5 de la Bibliothèque de El Escorial.
Comȷienca la terçera parte del terçero libro
en que ha · xxiiȷi· capítulos· .
Ms. K.I.5 de la Bibliothèque de El Escorial.

Capítulo primero en que mueſstra en comõmmo ſse
ha de gouernar el ɼregno e la çibdat en [FAIRE]tiempo de guerra· .
Ms. 332/131 de la Bibliothèque Universitaire de Séville.
aqui comȷiença la terçera parte del
terçero lȷibro poſstrimero e cõontiene
en ſsy veynte e doſs capítulos
Ms. 332/131 de la Bibliothèque Universitaire de Séville.

capítulo p̃mprimero