Ms. 2097 de la Bibliothèque générale de Salamanque.
Porque
las
aventuras
de
las
batallas
non
pueden
aver
remedio,
deven
los
reyes
sabios
ante
que
las
acometan
pensar
todas
aquellas
cosas
que
son
menester
para
ellas.
E
deven
pensar
dos
cosas
prinçipal
mente:
mente:
quáles
son
los
que
lidian,
e
las
ayudas
que
pueden
aver.
Ms. 2097 de la Bibliothèque générale de Salamanque.
Quanto
a
lo
primero,
deven
tener
mientes
a
seys
cosas.
E
quanto
a
lo
segundo,
a
otras
seys:
e
esto
ante
que
acometan
la
batalla.
Ca
todas
estas
doze
cosas
son
me[fol. 408v]menester [sic] [nester]
para
aver
victoria.
Ms. 2097 de la Bibliothèque générale de Salamanque.
Quanto
a
los
lidiadores,
deve
tener
mientes
el
caudillo
de
quál
parte
son
más:
ca
si
las
otras16
condiçiones
son
eguales
entre
ellos,
do
más
son
los
lidiadores,
de
aquella
parte
es
la
vitoria.
Así
lo
dize
el
philósopho
en
el
ii°
libro
de
las
Políticas,
do
dize
que
los17
más18,
más
ayna
pueden
vençer,
así
commo
el
mayor
peso
más
abaxa
la
balança.
Lo
ii°,
deve
tener
mientes
el
caudillo
de
quál
parte
son
los
lidiadores
más
usados
a
las
lides:
ca
aquellos
pueden
más
ayná
vençer
por
que
pueden
mejor
sofrir
el
trabajo
de
la
lid.
Lo
iii°,
deven
tener
mientes
quáles
lidiadores
pueden
mejor
sufrir
los
daños
de
las
lides.
Ca
los
que
son
flacos
e
delicados
luego
falleçen,
non
podiendo
sofrir
las
penas
de
la
lid
danse
a
fuýr
o
déxanse
vençer.
Lo
iiii°,
deven
tener
mientes
los
caudillos
de
quál
parte
son
más
rezios
e
más
duros
de
cuerpos
los
lidiadores.
Ca
grant
departimiento
hay
de
la
dureza
del
fierro
a
la
blandura
del
paño
de
sirgo:
e
entre
la
blandura
del
trabajo
e
la
aspereza
de
la
batalla.
Ca
tomando
los
lidiadores
en
general,
todos
querrían
ser
buenos,
mas
quando
viene
a
la
prueva
e
a
gostar
quántas
es
la
dureza
del
fierro,
e
quánta
es
la
pesadura
de
las
armas,
e
quánto
es
el
trabajo
de
la
batalla,
e
quánto
atormientan
a
omne
las
llagas
de
los
enemigos,
maguera
que
sea
duro
e
fuerte
de
cuero.
Enpero,
muchas
vezes
por
estas
cosas
se
tiran
a
fuera
quanto
más
aquellos
que
son
blandos
de
carne.
E
por
esso
dixo
el
philósopho
que
estos
tales
eran
buenos
para
la
çiençia,
mas
non
para
las
armas.
Lo
quinto,
deve
tener
mientes
el
caudillo
de
quál
parte
los
lidiadores
han
mayor
sabiduría
de
las
armas.
Ca
aquellos
puede
aver
más
ayná
victoria.
Lo
sexto,
deve
tener
mientes
de
quál
parte
son
más
atrevidos
los
lidiadores,
e
de
mayores
coraçones.
Ca
por
la
mayor
parte
éstos
han
ante
victoria.
E
asý
el
rey
o
el
prínçipe
ante
que
acometa
la
fazienda
públicamente
deve
tener
mientes
a
estas
seys
cosas
de
parte
de
los
lidiadores.
Ms. 2097 de la Bibliothèque générale de Salamanque.
E
de
parte
de
las
ayudas
que
pueden
aver
deve
tener
mientes
a
otras
seys
cosas.
Lo
primero,
de
quál
parte
hay
más
cavalleros
e
mejores.
Lo
ii°,
de
quál
parte
hay
más
armados
e
mejores
armas
e
más
ballesteros.
Lo
iii°,
de
quál
parte
hay
más
conplimientos
de
viandas,
ca
muchas
vezes
por
la
mengua
de
las
viandas
se
dexan
vençer
los
lidiadores,,
o
falleçen.
Lo
iiii°,
deve
tener
mientes
al
logar:
ca
los
que
están
en
mejor
lugar
e
más
alto,
más
ayná
vençen.
Lo
v°,
deve
tener
mientes
al
tienpo.,
e
al
viento
que
corre:
ca
en
tal
tienpo
deve
començar
la
fazienda,
que
el
sol
non
les
dé
en
los
ojos,
ni
ayan
el
viento
contra
sí,
que
les
levante
polvo,
e
los
çiegue:
ca
así
non
podrían
lidiar.
Lo
vi°,
deven
tener
mientes
de
quál
parte
esperan
mayores
ayudas,
ca
si
los
suyos
han
esperança
de
aver
ayudadores,
deven
tenerse
e
non
acometer
la
batalla.
Mas
si
de
la
otra
parte
los
esperan,
deven
los
acometer
luego,
ante
que
les
vengan
las
ayudas.
E
así,
el
caudillo
sabio,
segunt
que
viere
que
los
lidiadores
han
estas
condiçiones
o
las
más
déllas,
puede
acometer
la
fazienda,
o
estorçer
la.
Ms. 2097 de la Bibliothèque générale de Salamanque.
Mas
aquí
conviene
de
notar
que
sin
todas
estas
cosas
que
dichas
son,
hay
otras
çinco
a
que
deven
tener
mientes
los
caudillos,
que
fazen
aver
victoria..
Ms. 2097 de la Bibliothèque générale de Salamanque.
La
primera
es
que
deven
echar
de
sý
todas
las
malas
conpañas
e
viles
que
fazen
daño
en
las
viandas,
e
non
valen
nada
para
las
faziendas.
Ca
luego
comiençan
a
fuýr,
o
se
dexan
vençer.
Onde
cuenta
Valerio
Máximo
en
el
ii°
libro,
ii°
capítulo,
que
a
esto
tenían
mientes
los
caudillos,
más
que
a
cosa
del
mundo..
E
pone
enxenplo
en
Cornelio
Çipión,
que
así
commo
veno
a
la
hueste,
todas
las
malas
e
viles
conpañas
que
aý
falló,
todas
las
lançó
dende:
e
los
que
ante
estavan
muy
medrosos
fueron
después
muy
atrevidos
e
vençedores.
Ms. 2097 de la Bibliothèque générale de Salamanque.
Lo
ii°
çerca
desto,
conviene
de
arredrar
de
sí
toda
luxuria.
Ca
segunt
que
cuenta
Polícrato
en
el
vi°
li°libro,,
xii°
ca°capítulo,,
la
gente
de
los
Espartos
muchas
vezes
fue
vençida
por
que
era
muy
luxuriosa.
Esso
mesmo
dize:
que
el
regno
de
los
Assirios
fue
destruydo
e
assolado,
por
que
era
muy
enbevido
en
luxuria.
Esso
mesmo
cuenta,
que
el
inperio
de
Roma
en
el
tienpo
de
Nero
fue
muy
abaxado
por
la
su
luxuria,
e
por
la
su
gargantería.
Onde
dize
allý
que
mucho
se
deve
guardar
el
caudillo
que
luxuria
nin
el
vino
non
quebrante
la
virtud
de
sus
armas.
Ms. 2097 de la Bibliothèque générale de Salamanque.
Lo
iii°
çerca
deste,
deve
escusar
todas
las
cosas
que
fazen
a
delectaçión
del
cuerpo,
o
a
viçio.
Onde
cuenta
Valerio
en
el
libro.
sobredicho
que
Marçellio
mandó
pregonar
quando
estava
en
la
hueste
que
se
non
vendiesen
carnes
delicadas,
así
commo
perdizes
o
gallinas
o
capones,
mas
que
fuessen
pagados
de
carnes
comunes,
así
commo
de
vacas
o
de
carneros.
E
esso
mesmo
cuenta
Vegeçio
en
el
iiii°
libro
de
la
cavallería,
p°
ca°capítulo,,
que
el
enperador
sobredicho
vedó
que
los
cavalleros
non
comiessen
otro
adobo,
sy
non
de
cochón
o
de
assado.
Esso
mesmo
leemos
de
Jullio
Çésar:
que
él,,
con
todos
sus
cavalleros,
mientra
estovo
en
la
hueste,
tanta
fanbre
sufrió,,
e
tanta
cuyta,
que
non
ha
omne
que
lo
pudiesse
contar.
Ca.
dizque
comían
las
yervas
crudas,
e
de
aquéllas
se
mantenían.
Onde
cuenta
que
quando
fueron
a
çercar
Cuenta19
se
mantenían.
Onde
cuenta
que
quando
fueron
a
çercar
una
çibdat
que
le
dezían
Dirachina,
tanto
estovieron
allí
fasta
que
les
menguó
el
pan,,
e
paçían
las
yervas
así
commo
bestias.
E
así
estavan
desusado
del
pan,
que
quando
lo
vieron
non
fizieron
fuerça
dello..
Eso
mesmo
cuenta
de
Ponpeyo
en
la
Vida
de
los
enperadores:
e
todo
esto
sufrían
los
cavalleros
por
alcançar
onrra
e
vitoria.
Lo
Ms. 2097 de la Bibliothèque générale de Salamanque.
iiii°,
deven
los
lidiadores
de
escusar
robos
e
furtos
e
malfetrías.
Onde
leemos
del
dicho
Jullio
Çésar
que
fizo
pregonar
son
pena
de
muerte
que
ninguno
non
robasse
nin
furtasse.
E
quando
entrassen
en
las
çibdades,
ningunos
non
se
atreviesse
a
tomar
nada
de
los
tenplos,
nin
de,
las
eglesias.
E
desto
dize
Vegeçio
en
el
libro
sobredicho
que
Catón,
el
sabio
caudillo,
ordenó
que
todo
omne
que
fuese
tomado
con
furto
entre
los
cavalleros,
que
le
cortassen
la
mano
derecha;;
e
dize
allí
que
a
un
cavallero
que
le
dezían
Lisiandro,
por
que
salió
de
la
haz,
que
se
apartó
a
manera
de
ladrón,
castigólo
muy
bravamente,
e
él
dixo
que
non
fuera
a
tomar
ninguna
cosa:
e
respondió
el
enperador
que
non
quería
que
oviesse
aún
semejança
de
robador.
Ms. 2097 de la Bibliothèque générale de Salamanque.
Lo
v°,
deven
los
lidiadores
escusar
oçiosidat,
en
manera
que
nunca
estén
baldíos.
Ca
los
que
están
baldíos,
segunt,
dize
Valerio,
sienpre
comiden
mal,
o
commo
farán
tuerto
a
otrie,
o
commo
tomarán
lo
ageno.
Onde
cuenta
de
Marçello
que
non
quiso
que
sus
cavalleros
levassen
siervos
nin
bestias
que
les
levassen
las
armas
nin
las
viandas,
mas
que
ellos
mesmos
se
las
levassen.
Esso
mesmo
cuenta
Vegeçio
en
el
libro
sobredicho,
do
dize
que
un
prínçipe,
por
que
sus
cavalleros
non
oviessen
ocasión
de
fazer
tuerto
los
unos
a
los
otros,
o
por
que
non
se
fiziessen
torpes
e
perezosos
estando
baldíos,
mandóles
que
fiziessen
naves
e
que
usassen
los
braços
en
traer
las
segures,
e
en
ferir
con
ellas.
Ca
maguer
entonçe
non
oviesse
menester
las
naves,
enpero
quiso
que
se
usasen
los
cavalleros
a
trabajo
e
non
estudiessen
baldíos..
Ms. II/215 de la Biblioteca Real
Porque
las
aventuras
de
las
batallas
non
pueden
aver
remedio,
deven
los
Reyes
sabios
ante
que
los
acometan
pensar
todas
aquellas
cosas
que
son
menester
para
ellas.
Et
deven
pensar
dos
cosas
prinçipalmente:
quáles
son
los
que
lidian,
e
las
ayudas
que
pueden
aver.
Ms. II/215 de la Biblioteca Real
Quanto
a
lo
primero,
deven
tener
mientes
a
seys
cosas.
Et
quanto
a
lo
ii°,
a
otras
seyes:
et
esto
ante
que
acometan
la
batalla.
Ca
todas
estas
doze
cosas
son
menester
para
aver
vitoria.
Ms. II/215 de la Biblioteca Real
Quanto
a
los
lidiadores,
deve
tener
mientes
el
cabdillo
de
quál
parte
son
más.
Ca
si
las
otras
condiciones
son
yguales
entre
ellos,
do
más
son
los
lidiadores,
de
aquélla
parte
es
la
vitoria:
así
lo
dize
el
philósopho
en
el
ii°
de
las
Políthicas:
do
dize
que
los
más,
más
ayna
pueden
vençer,
así
commo
el
mayor
peso
más
abaxa
la
balança.
Lo
ii°,
deve
tener
mientes
el
cabdillo
de
quál
parte
son
los
lidiadores
más
usados
a
las
lides.
Ca
aquellos
pueden
más
ayna
vençer,,
por
que
pueden
mejor
sofrir
el
trabajo
de
la
lid.
Lo
iii°,
deven
tener
mientes
quáles
lidiadores
pueden
mejor
los
dapños
de
las
lides.
Ca
los
que
son
flacos
e
delicados
luego
fallesçen
e
non
podiendo
sofrir
las
penas
de
la
lid,
danse
a
foýr,
o
déxanse
vençer.
Lo
iiii°,
deven
tener
mientes
los
cabdillos
de
quál
parte
son
más
rezios
e
más
duros
de
cuerpos
los
lidiadores.
Ca
grant
departimiento
ay
de
la
dureza
del
fierro
a
la
blandura
del
paño
de
sirgo:
et
entre
la
blandura
del
trabajo
e
la
aspereza
de
la
batalla.
Ca
tomando
los
lidiadores
en
general,
todos
querrían
ser
buenos,
mas
quando
vienen
a
la
prueva,,
a
gustar
quánto
es
la
dureza
del
fierro,
e
quánta
es
la
pesadura
e
las
armas,
e
quánto
es
el
trabajo
de
la
batalla,
e
quánto
atormentan
a
omne
las
llagas
de
los
enemigos,
maguer
que
sea
duro,
e
fuerte
de
cuero;
enpero,
muchas
vezes
por
estas
cosas
se
tira
afuera
quanto
más
aquellos
que
son
blandos
de
carne.
Et
por
eso,
dixo
el
philósopho
que
estos
tales
eran
buenos
para
la
sçiençia,
mas
non
para
las
armas.
Lo
quinto,
deve
tener
mientes
el
cabdillo
de
quál
parte
los
lidiadores
han
sabidoría
mayor
de
las
armas.
Ca
aquellos
pueden
más
ayna
aver
victoria.
Lo
vi,
deve
tener
mientes
de
quál
parte
son
más
atrevidos
los
lidiadores,
e
de
mayores
coracones;
ca
por
la
mayor
parte,
estos
an
ante
vitoria.
Et
así
el
Rey
o
el
prínçipe
ante
que
acometa
la
fazienda
públicamente,
deve
tener
mientes
a
estas
seyes
cosas
de
parte
de
los
lidiadores.
Ms. II/215 de la Biblioteca Real
E
de
parte
de
las
ayudas
que
pueden
aver,
deve
tener
mientes
a
otras
seys
cosas.
Lo
primero,
de
quál
parte
ay
más
cavalleros,
e
mejores.
Lo
ii°,
de
quál
parte
ay
más
armados
e
mejores
armas,
e
más
ballesteros.
Lo
iii°,
de
quál
parte
ay
más
complimientos
de
viandas:
ca
muchas
vezes
por
la
mengua
de
las
viandas
se
dexan
vençer
los
lidiadores,,
o
fallesçen.
Lo
iiii°,
deven
tener
mientes
al
logar
e
al
viento
que
corre.
Ca
ent
tal
tienpo
deve
començar
la
fazienda,
que
el
sol
non
les
dé
en
los
ojos,
nin
ayan
el
viento
contra
sý
que
les
levante
polvo,
e
los
çiegue:
ca
así
non
podrían
lidiar.
Lo
vi°,
deven
tener
mientes
de
quál
parte
están
mayores
ayudas.
Ca
sy
los
suyos
an
esperança
de
aver
ayudadores,
deven
tenerse
e
non
acometer
batalla,
mas
sy
de
la
otra
parte
los
esperan,
deven
los
acometer
luego,
ante
que
les
vengan
las
ayudas.
Et
si
el
cabdillo
sabio,
segunt
que
viere
que
los
lidiadores
han
estas
condiçiones,
o
las
más
dellas,
pueden
acometer
la
fazienda,
o
estorçerla.
Ms. II/215 de la Biblioteca Real
Mas
aquí
conviene
de
notar
que
syn
todas
estas
cosas
que
dichas
son,
ay
otras
çinco
a
que
deven
tener
mientes
los
cabdillos
que
fazen
aver
victoria.
Ms. II/215 de la Biblioteca Real
La
primera
es
que
deven
de
sí
echar
todas
las
conpañas
malas
e
viles
que
fazen
dapño
en
las
viandas,
e
non
valen
nada
para
las
faziendas.
Ca
luego
comiençan
de
foýr,
e
se
dexan
vençer.
Onde
cuenta
Valerio
Máximo
en
el
ii°
libro
al
ii°
capítulo
que
a
esto
tenían
mientes
los
cabdillos
más
que
a
cosa
del
mundo.
Et
pone
enxenplo
en
Cornelio
Çipión,
que
así
commo
veno
a
la
hueste,
todas
las
malas
e
viles
conpañas
que
aý
fallo,
todas
las
lançó
dende.
Et
los
que
ante
estavan
muy
medrosos,
fueron
después
muy
atrevidos
e
vencedores.
Ms. II/215 de la Biblioteca Real
Lo
ii°
çerca
desto,
conviene
de
arredrar
de
sý
toda
luxuria.
Ca
segund
que
cuenta
Polícrato
en
el
vi°
libro
al
xii°
capítulo,
la
gente
de
los
espartos
muchas
vezes
fue
vençida
por
que
era
muy
luxuriosa.
Et
eso
mesmo
dize,
que
el
regno
de
los
asirios
fue
destruydo
e
asolado
por
que
era
muy
enbevido
en
luxuria26.
Ms. II/215 de la Biblioteca Real
Eso
mesmo
cuenta
Vegeçio
en
el
iiii°
libro
de
la
cavallería,
al
primero
capítulo,
que
el
enperador
sobredicho
vedó
que
los
cavalleros
non
comiesen
otro
adobo,
sy
on
de
cocho
e
asado.
Et
eso
mesmo
leemos
de
Jullio
Çésar,
que
él
con
todos
sus
cavalleros,
mientra
estovo
en
la
hueste,
tanta
fanbre
sofrió
e
tanta
cuyta
que
non
ha
omne
que
lo
pudiese
contar:
ca
diz
que
comían
las
yervas
crudas,
e
de
aquéllas
se
mantenían.
Onde
cuenta
que
quando
fueron
a
cercar
a
una
çibdat
que
le
dezían
Dirachina,
tanto
estudieron
allí
fasta
que
les
menguó
el
pan,,
e
paçían
las
yervas
así
commo
bestias,
e
así
estavan
desudados
del
pan,
que
quando
lo
vieron,
non
fezieron
fuerça
dello.,.
Et
eso
mesmo
cuenta
de
Ponpeyo
en
la
vida
de
los
enperadores,
e
todo
esto
sofrían
los
cavalleros,
por
onrra
e
vitoria.
Lo
Ms. II/215 de la Biblioteca Real
iiii°,
deven
los
lidiadores
de
e
scu
sar
rrobos
e
fuerças
e
malfetrías
e
furtos:
onde
leemos
del
dicho
Jullio
Çé[col. B]sar
que
fizo
pregonar
so
pena
de
muerte
que
ninguno
non
Robase
nin
furtase,
et
quando
entrasen
en
las
çibdades,
ninguno
non
se
atreviese
a
tomar
nada
de
los
tenplos,
nin
de,
las
iglesias.
Et
desto
dize
Vegeçio
en
el
libro
sobre
dicho
que
Catón
el
sabio
cabdillo
ordenó
que
todo
omne
que
fuese
tomado
con
furto
entre
los
cavalleros,
que
le
cortase
la
mano
derecha::
et
dize
allí
que
un
cavallero
que
le
dezían
Lisiandro,
por
que
salió
de
la
haz,
que
se
apartó
a
manera
de
ladrón,
castigólo
muy
malamente.
Et
el
dixo
que
non
fuera
a
tomar
ninguna
cosa:
et
respondió
el
enperador
que
non
quería
que
oviese
aún
semejanca
de
rrobador.
Ms. II/215 de la Biblioteca Real
Lo
v°,
deven
los
lydiadores
de
escusar
oçiosidat
en
manera
que
nunca
estén
baldíos.
Ca
los
que
están
baldíos,
segund,
dize
Valerio,
syenpre
comiden
mal,
o
como
farán
tuerto
a
otro,
o
commo
tomarán
lo
ageno.
Onde
cuenta
de
Marçello
que
non
quiso
que
sus
cavalleros
levasen
siervos
nin
bestias
que
les
levasen
las
armas
nin
las
viandas,
mas
que
ellos,
mesmos
se
las
levasen.
Et
eso
mesmo
cuenta
Vegeçio
en
el
libro
sobre
dicho,
do
dize
que
un
prínçipe,
por
que
sus
cavalleros
non
oviesen
ocasión
de
fazer
tuerto
los
unos
a
los
otros,
o
por
que
se
non
feziesen
torpes
e
perezosos
estando
baldíos,
mandóles
que
fe
que
feziesen
naves
e
que
usasen
los
braços
en
traerlas
segures:
ca
maguer
entonçe
non
oviesen
menester
las
naves,
enpero
quiso
que
se
usasen
los
cavalleros
a
trabajar,
e
que
non
estudiesen
baldíos.
Ms. K.I.5 de la Bibliothèque de El Escorial.
En
el
ix
capítulo
do
muestra
quáles
e
quántas
cosas
son
de
pensar
en
la
batalla
quando
se
deve
fazer
pública
mente,
conviene
de
notar
que
a
si
por
las
aventuras
de
batallas
non
se
puede
aber
rremedios,
deven
los
rreyes
sabios
ante
que
la
acometan
pensar
aquellas
cosas
que
son
menester
para
ellas.
E
deven
pensar
dos
cosas
prinçipalmente:
quáles
son
los
que
lidian,
et
las
ayudas
que
pueden
aver.
Ms. K.I.5 de la Bibliothèque de El Escorial.
Quanto
a
lo
primero,
deven
tener
mientes
a
seys
cosas.
Quanto
a
lo
segundo,
a
otras
seis:
e
esto
ante
que
acometan
la
batalla.
Ca
todas
estas
doze
cosas
son
menester
para
aber
bitoria.
Ms. K.I.5 de la Bibliothèque de El Escorial.
Quanto
a
los
lidiadores,
deve
tener
mientes
el
cabdillo
de
quál
parte
son
mas:
ca
si
las
otras
condiçiones
son
eguales
entre
ellos,
do
más
son
los
lidiadores:
de
aquella
parte
es
la
vitoria;
así
lo
dize
el
filósofo
en
el
ii°
de
las
Políticas,
do
dize
que
los
más
ayna
pueden
vençer
así
commo
el
mayor
peso,
más
ayna
abaxa
la
balança.
Lo
ii°,
deve
tener
mientes
el
cabdillo
de
quál
parte
son
los
lidiadores
más
usados
a
las
lides,
ca
aquellos
pueden
más
ayna
vençer,,
por
que
pueden
mejor
sofrir
el
travajo
de
la
lid.
Lo
iii°,
deve
tener
mientes
que
los
lidiadores
pueden
sofrir
los
daños
de
las
lides,
ca
los
que
son
flacos
e
delicados
luego
falleçen,
non
podiendo
soltar
las
penas
de
la
lid:
danse
a
foýr,
o
déxanse
vençer.
Lo
iiii°,
deven
tener
mientes
los
cabdillos
de
quál
parte
son
más
rrezios
e
más
duros
de
cuerpos
los
lidiadores.
Ca
grant
departimiento
ay
de
la
dureza
del
fierro
a
la
blandura
del
trebejo
a
la
aspereza
de
la
batalla.
Ca
tomando
los
lidiadores
en
general,
todos
querrían
ser
buenos:
mas
quando
vienen
a
la
prueva
e
a
gostar
quánta
es
la
dureza
del
fierro,
e
quánta
es
la
pesadunbre
de
las
armas,
e
quánto
es
el
travajo
de
la
batalla,
e
quánto
atormentan
al
omne
las
llagas
de
los
enemigos,
mager
que
sea
duro
e
fuerte
de
cuerpo,
enpero
muchas
vezes
por
estas
cosas
se
tiran
afuera,
quanto
más
aquellos
que
son
blandos
de
carne.
Et
por
eso
dixo
el
filósofo
que
estos
tales
eran
buenos
para
las
çiençias,
mas
non
par
las
armas.
Lo
quinto,
deve
tener
mientes
el
cabdillo
de
quál
parte
los
lidiadores
han
mayor
sabiduría
de
las
armas:
ca
aquellos
puede
más
ayna
aber
vitoria.
Lo
vi°,
deve
tener
mientes
de
quál
parte
son
más
atrevidos
los
lidiadores,
e
de
mayores
coraçones.
Ca
por
la
mayor
parte
éstos
han
ante
vitoria,
e
así
el
rrey
o
el
prínçipe
ante
que
acometa
la
fazienda
pública
mente
deve
tener
mientes
a
estas
seys
cosas
de
parte
de
los
lidiadores.
Ms. K.I.5 de la Bibliothèque de El Escorial.
E
de
de
parte
de
las
ayudas
que
pueden
aver,
deven
tener
mientes
a
otras
seys
cosas.
Lo
primero,
de
quál
parte
ay
más
cavalleros,
et
mejores.
Lo
ii°,
de
quál
parte
ay
más
armados,
e
mejores
armas,
e
más
vallesteros.
Lo
terçero,
de
quál
parte
ay
mayores
conplimientos
de
viandas:
ca
muchas
vezes
por
la
mengua
de
las
viandas
se
dexan
vençer
los
lidiadores,,
e
falleçen.
Lo
iiii°,
deve
tener
mientes
al
lugar,
ca
los
que
están
en
mejor
lugar
e
más
alto,
más
ayna
vençen.
Lo
v°,
deve
tener
mientes
al
tienpo.,
e
al
viento
que
corre.
Ca
en
tal
tienpo
deven
començar
la
fazienda,
que
sol
non
se
le
[sic] [dé]
en
los
ojos,
nin
ayan
el
viento
contra
sí,
e
les
levante
polvo,
e
los
çiege:
ca
así
non
podrían
lidiar.
Lo
vi°,
deve
tener
mientes
de
quál
parte
están
mayores
ayudas,
ca
si
los
suyos
han
sperança
de
ayudadores,
deven
tener
se
e
non
acometer
la
batalla;
mas
si
de
la
otra
parte
la
esperan,
deven
los
luego
acometer
antes
que
les
vengan
las
ayudas:
e
asý
el
cabdillo
sabio,
segunt
que
viese
que
los
lidiadores
han
estas
condiçiones
o
las
más
dellas,
puede
a
cometer
la
fazienda,
o
estorçer
la.
Ms. K.I.5 de la Bibliothèque de El Escorial.
Mas
aquí
conviene
de
notar
que
sin
todas
estas
cosas
que
dichas
son,
ay
otras
çinco
a
que
deven
tener
mientes
los
cabdillos
que
fazen
aver
victoria.
Ms. K.I.5 de la Bibliothèque de El Escorial.
La
primera
es
que
deven
echar
de
sí
todas
las
malas
mugeres
e
viles
conpañas
que
fazen
daño
en
las
viandas,
e
non
valen
nada
para
las
faziendas.
Ca
luego
comiençan
a
foyr,
o
se
dexan
vençer.
Onde
cuenta
Valerio
Máximo
en
el
ii°
libro,
capítulo
ii°,
que
a
esto
tenían
mientes
los
cabdillos
más
que
a
cosa
del
mundo:
e
pone
enxenplo
en
Cornelio
Çipión,
que
asý
commo
vino
a
la
hueste,
todas
las
malas
mugeres
e
las
conpañas
que
ý
falló,
todas
las
lançó
dende,
e
las
que
ante
estavan
muy
medrosas
fueron
después
muy
atrevidas
e
vençedoras.
Ms. K.I.5 de la Bibliothèque de El Escorial.
Lo
segundo
çerca
desto,
arredrar
de
sí
toda
la
loxuria.
Ca
segund
que
cuenta
Polícrato
en
el
vi°
libro,
capítulo
vii°,
las
gentes
de
los
espartos
muchas
vezes
fueron
vençidas,
por
que,
eran
muy
loxuriosas;
eso
mesmo
dize,
quel
rreyno
de
los
Asarios
fue
destroydo
e
asolado
por
que
era
muy
enbevido
en
la
loxuria;
eso
mesmo
cuenta,
quel
enperio
de
Rroma
en
el
tienpo
de
Nero
fue
muy
abaxado
por
la
su
loxuria,
e
por
la
su
gargantería.
Onde
dize
allí
que
mucho
se
deve
guardar
el
cabdillo
de
la
loxuria
e
del
vino,
por
que
non
quebrante
la
virtud
de
sus
armas.
Ms. K.I.5 de la Bibliothèque de El Escorial.
Lo
terçero
çerca
desto,
deven
escusar
todas
las
cosas
que
fazen
a
deletaçión
del
cuerpo,
o
a
viçio.
Onde
cuenta
Valerio
en
el
libro.
sobredicho
que
Marçelio
mandó
pregonar
quando
estava
en
la
hueste
que
se
non
vendiesen
cosas
delicadas,
como
perdizes,
o
gallinas
o
capones,
mas
que,
fuesen
pagados
de
carnes
comunes,
así
commo
de
vacas
o
carneros.
Eso
mesmo
cuenta
Vejeçio
en
el
iiii°
libro
de
la
cavallería,
capítulo
i,
quel
enperador
sobre
dicho
vedó
que
non
oviesen
otros
adobos
sinon
cocho
e
asado;
eso
mesmo
leemos
de
Jullio
Çésar,
que
él,,
con
todos
sus
cavalleros,
mientra
estudo
en
la
hueste,
tanta
fanbre
sufrió,,
e
tanta
cuyta,
que
non
ha
omne
que
lo
pudiese
contar.
Ca.
diz
que
comía
las
yervas
crudas
e
de
aquellas
se
mantenían.
Onde
cuenta
que
quando
fueron
a
çercar
a
una
çibdat
quel
dizían
Dirachina,
tanto
estudieron
allí,
fasta
que
les
menguó
el
pan;,;
e
paçían
las
yervas
así
commo
las
bestias.
Ca
así
estavan
desusados
del
pan,
que
quando
lo
vieron
non
fizieron
fuerça
dello..
Eso
mesmo
cuenta
ponpeyo
en
la
Vida
de
los
enperadores:
e
todo
esto
sufrían
los
cavalleros
por
alcançar
onrra
e
vitoria.
Lo
Ms. K.I.5 de la Bibliothèque de El Escorial.
iiii,
deven
los
lidiadores
escusar
rrobos
e
furtos
e
mal
fetrías.
Onde
leemos
del
dicho
Jullio
Çésar
que
fizo
pregonar
so
pena
de
muerte
que
ninguno
non
rrobase
nin
furtase,
e
quando
entrasen
en
las
çibdades,
ninguno
non
se
atreviese
a
tomar
nada
de
los
tenplos,
nin
de,
las
eglesias.
Et
desto
dize
Vejeçio
en
el
libro
sobre
dicho
que
Catón
el
sabio
sobre
dicho
cabdillo
ordenó
que todo omne que todo omne [sic] [que todo omne]
que
fuese
tomado
con
furto
entre
los
cavalleros,
que
le
cortasen
la
mano
derecha::
e
dize
allí
que
un
cavallero
que
le
dizían
Lisandro,
por
que
sallió
de
la
az,
et
se
apartó
aman
derecha
a
manera
de
ladrón,
castigólo
muy
bravamente:
e
él
dixo
que
non
fuera
a
tomar
ninguna
cosa,
e
rrespondió
el
enperador
que
non
quería
ver
que
oviese
semejança
de
ladrón39.
Ms. K.I.5 de la Bibliothèque de El Escorial.
Lo
sesto,
que
deven
aver
los
lidiadores
escusar
oçiosidat,
en
manera
que
nunca
estén
baldíos:
ca
los
que
están
baldíos,
segunt,
que
dize
Valerio,
sienpre
comiden
mal,
o
commo
farán
tuerto
a
otro,
o
commo
tomarán
lo
ajeno.
Onde
cuenta
Marçelio
que
non
quiso
que
sus
cavalleros
levasen
siervos
nin
bestias
que
les
levasen
las
armas,
nin
las
viandas,
mas
que
ellos,
mesmo
se
las
levasen.
Eso
mesmo
cuenta
Vejeçio
en
el
libro
sobre
dicho:
do
dize
que
un
prínçipe,
por
que
los
sus
cavalleros
non
oviesen
ocasión
de
fazer
tuerto
los
unos
a
los
otros,
e
por
que
non
fizieren
torpes
o
perezosos,
estando
baldíos,
mandóles
que
fizieren
naves,
e
que
usasen
los
braços
en
traer
las
segures,
e
ferir
con
ellas.
Ca
mager
él
non
las
oviese
menester
las
naves
entonçes,
enpero
quiso
que
se
usasen
los
cavalleros
a
travajo,
e
non
estudiesen
baldíos40.
Edition latine de 1605
Ex parte autem virorum pugnantium, quantum ad praesens spectat
sex sunt attendenda: sicut etiam ex parte auxiliorum et adminiculantium ad
bellum, sex alia enumerari possunt, quae etiam sunt attendenda. In uniuerso
igitur rex, aut Princeps, aut Dux exercitus qui debet esse vigilans, sobrius,
prudens, et industris, duodecim debet considerare: sex ex parte virorum
bellatorum, et sex ex parte amminiculantium, prius quam eligat publicam pugnam
committere. Sunt autem sex ex parte hominum bellatorum, quae faciunt ad
obtinendam victoriam.
Edition latine de 1605 Primum est, numerus bellantium. Nam ubi plures sunt bellantes
(caeteris paribus aliis) secundum quod huiusmodi sunt victoriam obtinere
debent: nam ut dicitur 2 Polit’ quantitas in compugnatione est utilis, sicut
maius pondus magis trahit. Secundo, ex parte bellatorum attendenda est
exercitatio. Nam habentes brachia inassueta ad percutiendum, et membra
inexercitata ad bellandum, deficiunt in sustinendo pugnam: est enim consuetudo
quasi altera natura, ut quilibet virilius et expeditius et cum minori labore et
poena faciat opera consueta. Tertio, attendenda est tolerantia erga
necessitates corporis. Nam existentes in[fol. 579] exercitu
oportet multa incommoda tolerare: quare si sint ibi aliqui molles, et muliebres
renuentes incommoditates aliquas sustinere, deuicti propter incommoditates quas
sustinent, bellare recusant et exercitium fugiunt. Quarto consideranda est
fortitudo et durities corporis. Multum enim interest inter duritiem ferri et
mollitiem panni serici, et inter suauitatem ludi et asperitatam pugnae.
Considerato enim bello in uniuersali, omnes volunt esse boni bellatores, sed
postquam veniunt ad experientiam particularium gestorum, et gustant quanta sit
durities ferri, et quantum armorum pondus et quantus sit labor pugnae, et
quantum affligunt vulnera hostium: ut plurimum est durus carne et robustus
corpore, si propter talia non retrahitur a bellando. Nam et si contingat molles
carne, etiam postquam gustauerunt bella, appetere pugnam; hoc est ut raro. Nam
habenter carnes molles (ut supra tangebatur) sunt aptiores ad intelligendum,
sed ut plurimum sunt inepti ad pugnandum: nam tales difficilius sustinent
armorum pondus, vehementius dolent ex illatione vulnerum. Quinto, consideranda
est in in bellantibus versutia et industria ad bellandum. Nam quanto cautiores
sunt bellatores, tanto citius victoriam obtinent. Sexto, attendenda est
virilitas et audacia mentis, quia audaciores et magis cordati ut plurimum in
pugna victoriam obtinent. Rex igitur aut princeps vel dux exercitus, priusquam
publice dimicet, ex parte hominum bellatorum septem considerare debet. Primo,
ex qua parte sunt plures bellatores. Secundo, qui sunt magis exercitati.
Tertio, qui sunt fortiores in sustinendo necessitates, et incommoda. Quarto,
qui sunt robustiores, et duriores corpore. Quinto, qui sunt industriores, et
sagaciores mente. Sexto, qui sunt audaciores, et viriliores corde. Et tunc dux
sobrius, et vigilans prout viderit suum exercitum in his conditionibus
abundare, aut deficere: poterit accelerare pugnam, vel differre: et bellare
publice et aperte, vel per insidias et latenter.[fol. 580]
Edition latine de 1605Enumeratis septem conditionibus, quae considerandae sunt prius
quam committatur bellum publicum ex parte hominum bellatorum: reliquum est
enumerare sex alia, quae sumuntur ex parte amminiculantium et eorum quae
auxiliantur ad bellum. In bello quidem auxiliantur equi arma, victualia, loca
pugnandi, tempus, et auxilium praestolatum. Debet igitur dux exercitus
considerare primo ex qua parte sunt plures equi et meliores. Secundo ex qua
parte sunt meliores sagittarii, plures armati, et habentes meliora arma. Tertio
ubi plus victualia abundant: nam aliquando absque vulnere et absque bello
aduersarii cedunt deficientes in victualibus, et ob mendicitatem, non valentes
moram contrahere. Quarto considerandus est pugnationis locus qui sunt in
altiori situ, vel meliori ad pugnandum. Quinto circa pugnam attendendum est
tempus, utrum tempore quo committenda est pugna, sol sit oppositus faciebus
eorum, vel hostium; et utrum sit aliquis ventus flans et eleuans puluerem
contra ipsos, vel contra aduersarios: nam habentes solem et ventum siue
puluerem contra se, offendentur in oculis ut dimicare non possint. Sexto est
attendendum, qui plures auxiliatores expectant. Nam si hostes plura expectant
auxilia, vel non est bellandum, vel acceleranda est pugna. Si autem ipsi plures
auxiliatores expectant, est compugnatio differenda. His itaque igitur omnibus
diligenter inspectis, prudens dux exercitus sufficienter aduertere potest,
utrum debeat publicam pugnam committere. Nam prout viderit se in pluribus
conditionibus praefatis abundare, vel deficere, sic se habere poterit erga
bellum: forte enim nunquam contingeret omnes conditiones praefatas concurrere
ex una parte: ubi temen plures et meliores conditiones concurrunt, est pars
potior ad bellandum.[fol. 581]